BILBAO - La nueva estación de autobuses de Bilbao avanza a todo ritmo y cumple el calendario previsto. Según confirma el concejal de Planificación Urbana, Asier Abaunza, en mayo de 2019 terminará la obra civil bajo tierra y se procederá al traslado de la estación provisional a su nuevo emplazamiento. Así, los usuarios podrán disfrutar en medio año de unas instalaciones más modernas y cómodas. Meses de obras y decenas de miles de camiones circulando alrededor de esta manzana darán su fruto la próxima primavera, cuando los viajeros de autobús se trasladen a las dependencias soterradas.

La nueva Termibus de Garellano será una estación mejor, con más capacidad y con un aparcamiento para turismos con medio millar de plazas. Además de dar servicio a todas las líneas de autobuses que conectan la villa con el resto de capitales del Estado y con varias europeas, seguirán operando las rutas de Bizkaibus y se habilitarán conexiones soterradas para transbordar con los trenes de Renfe y Metro Bilbao, además de salidas para tomar taxis y el tranvía.

Las obras comenzaron en el verano de 2017 y el calendario se está cumpliendo según los plazos previstos que desde un primer momento marcó el Ayuntamiento de Bilbao. Al concluir esta primera fase se llegará a los 18 meses para la ejecución de la obra bajo superficie, un tiempo récord que se está cumpliendo al trabajar todos los días, incluso festivos y fines de semana, y también con horario nocturno.

“En estos momentos ya están construidos los pilares de más de la mitad del solar excavado”, señala Abaunza. La parte que ha llegado ya a cota cero, a ras de suelo, es el lateral de la calle Gurtubay, al lado del hospital de Basurto, y donde irá el edificio en forma de ele que cerrará el proyecto urbanístico de Garellano. La ejecución de este bloque no corresponde al Ayuntamiento, ya que su encargo acaba con la culminación de la parte subterránea. Una finalización que se hará justo a tiempo para que la Termibus provisional sea trasladada y en el solar triangular que quede libre pueda crecer la última y más alta torre de Garellano. Esta mudanza es uno de las condiciones que están marcando a rajatabla los plazos de construcción.

Un vistazo a las entrañas de la gran piscina excavada en el solar de 150 metros de largo por 100 de ancho donde operaba la vieja terminal de autobuses muestra cómo se está completando la estructura de pilares y soleras en más de la mitad del hueco, mientras que el resto del espacio está siendo vaciado de tierra, trabajando de forma escalonada.

Equipamiento moderno La nueva Termibus será un equipamiento moderno que contará con un sistema que aísle a los usuarios de los humos y ruidos que genera el tráfico de autobuses en un espacio cerrado. La infraestructura albergará una zona intermedia moderna con locales comerciales utilizables tanto para los usuarios de los autobuses como para el resto de ciudadanos.

Las nuevas instalaciones no tendrán nada que ver con las anteriores. De hecho, el acceso a los autobuses será en formato aeropuerto, con una zona central que estará aislada de las dársenas donde estacionarán los transportes, y además, se podrá ver la operativa de los buses desde un mirador ubicado en la planta superior como en una terminal aérea.

A partir de mayo, los autobuses estrenarán un nuevo emplazamiento, pero todavía quedará por atacar la parte superior del proyecto que acometerá y financiara el consorcio de empresas que resultó adjudicatario de la construcción de la Termibus bajo tierra y también del mencionado bloque sobre rasante.

Una vez finalizados los trabajos bajo la superficie surgirán en toda la cubierta de la estación soterrada más de 12.500 metros cuadrados de plaza, en una esquina de la cual se alzará un edificio con una huella de 4.990 metros cuadrados.

La planta baja de este bloque, la que más trasiego de ciudadanos tendrá, cumplirá la doble función de ser la entrada a la estación de autobuses a la vez que albergará diferentes actividades comerciales

En la planta superior de la huella cuadrada del edificio se habilitará un gran gimnasio y por arriba, en una estructura en forma de ele, se ubicará en un ala, un hotel, y en la otra, una residencia para estudiantes universitarios. Ambos laterales contarán con nueve plantas de altura. Todo un complejo para el que ya se han hecho las mediciones necesarias, de manera que el techo de la estación que ocupe esté preparado para soportar su peso.

La construcción sobre rasante tiene un plazo de ejecución máximo de 48 meses desde la aprobación del proyecto. La residencia de estudiantes tiene prevista su apertura para el curso de 2020-21, lo que rejuvenecerá aún más la vida de toda la zona circundante de Basurto.

Para el diseño del resto del espacio que quedará en forma de plaza se ha tenido en cuenta las peticiones vecinales y servirá tanto de antesala de entrada a la estación como de espacio para el uso libre de las personas del entorno. Incluirá una zona de estancia más recogida, pensada para los vecinos de la zona. Un nuevo espacio público que se sumará a los 62.500 metros cuadrados de oportunidad recuperados en el corazón de barrio de Basurto desde Sabino Arana hasta Rekalde y que “va a ser clave en el desarrollo del barrio y de la ciudad”, según especificó el alcalde, Juan Mari Aburto, al anunciar el proyecto.