El Ayuntamiento de Etxebarri quiere poner en valor y favorecer la conservación del molino de Legizamón, un bien patrimonial del municipio datado en el siglo XVII y catalogado como de tipo hidráulico y preindistrial. Para avanzar en esos objetivos, y tras varios contactos tanto con el Departamento de Patrimonio del Gobierno vasco y la Diputación Foral de Bizkaia, el consistorio ha iniciado el proceso de contratación de un estudio arqueológico para investigar la historia de esta infraestructura, determinar sus usos y fases constructivas y definir las actuaciones que permitan garantizar el futuro y recuperación del edificio.

Lo que se conoce hasta ahora, según la documentación de la que se dispone, es que el molino de Legizamón molino fue utilizado hasta bien entrado el siglo XX para la producción de harina y fue empleado como fábrica de papel probablemente hasta mediados del siglo XIX, aunque también pudiera ser también que, en algún momento, funcionara como ferrería, momento fuera utilizado como ferrería. Todas estas dudas se deberán desvelar en la fase del estudio de investigación y recopilación de documentación histórica y cartográfica.

Limpieza y sondeos

La empresa adjudicataria deberá acometer, además, trabajos de limpieza y prospección que garanticen la viabilidad del resto de actuaciones. Entre otras cuestiones, será preciso limpiar el interior del inmueble, realizar desbroces, una prospección superficial del área y cartografiar elementos de interés. Otra parte se centrará en identificar las fases constructivas del edificio así como los elementos que pertenecen al molino papelero, al harinero o a la presunta ferrería. Para ello, se utilizará la técnica de análisis denominada fotogrametría en paredes y muros y se ahondará en la investigación de los usos de las distintas dependencias y elementos para poder conocer el sistema de producción del papel, conocer los espacios de trabajo o realizar un inventario.

El trabajo se completará con sondeos arqueológicos de cara a valorar futuras intervenciones arqueológicas en el entorno que ayuden a mejorar el conocimiento del bien e identificar las áreas prioritarias de intervención. De hecho, el estudio debe plantear una propuesta de actuación y posibles usos del molino definiendo criterios de actuaciones que permitan garantizar su conservación.