A menos de una hora en coche desde Bilbao, en plena comarca burgalesa de Las Merindades, se encuentra Villasante, un pequeño núcleo rural que busca nuevas ideas para reactivar su vida social. El bar cultural perteneciente a una asociación es un espacio clave en el día a día del pueblo, se ofrece ahora en alquiler por tan solo 50 euros al mes durante los meses fríos, y 100 euros el resto del año.

La iniciativa parte de la Asociación de Amigos de Villasante, que gestiona el inmueble y apuesta por mantenerlo abierto durante todo el año como servicio esencial tanto para los vecinos como para quienes visitan la zona. La oferta está pensada para facilitar el acceso a personas con ganas de emprender sin necesidad de una gran inversión.

Más que sacar dinero, lo que queremos es dar un servicio. Por eso pusimos el alquiler barato, para que alguien lo coja y el bar siga abierto”, explica María Crespo, presidenta de la asociación, que lleva más de cuatro décadas dinamizando la vida del pueblo. “No ha habido ninguna inspiración mágica. Pensamos y decidimos que en vez de pedir más y estar meses negociando, pedimos menos y lo abrimos cuanto antes”.

El bar está situado en pleno centro del pueblo, junto a la carretera que une Balmaseda con Medina de Pomar concretamente a 15 kilómetros. Dispone de una amplia terraza, parque infantil, aparcamiento y un salón multiusos que se puede utilizar para todo tipo de actividades culturales, sociales o celebraciones. Al ser la capital de la Merindad de Montija, Villasante da servicio a otros 18 núcleos de población cercanos, lo que garantiza movimiento durante todo el año.

Dar vida al pueblo

“Estamos en la llamada España vaciada, y lo que queremos es dar vida al pueblo, que no se quede parado”, insiste Crespo. La Asociación Amigos de Villasante nació en 1983 y desde entonces ha sido el motor de buena parte de la actividad del municipio. “Lo mismo hacemos una exposición de pintura que una conferencia, una actuación musical o una cena. Nuestro objetivo es generar actividad”.

Aunque la asociación desea que el bar funcione todo el año, el verano es especialmente importante. “Queremos que esté abierto todo el año, pero sobre todo en verano, cuando la población se triplica con gente de Euskadi que tiene allí su segunda residencia”, señala Crespo.

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Precio simbólico

La oferta está dirigida a cualquier persona que quiera instalarse en el pueblo y llevar el bar como inquilino, por un precio simbólico y con total libertad para ponerlo en marcha a su manera para así revitalizar el ambiente de un pueblo que lo pide con ansias. Aquellos interesados pueden contactar con la asociación a través del teléfono 686 40 19 69.