Flor Alba y su familia podrán estar durante un mes más en el piso en el que residen en el número 7 de la calle Portu de Barakaldo tras declararse ayer, in extremis, la suspensión del desahucio que estaba previsto ejecutarse ayer hacia las 09.15 horas. A lo largo de este mes, esta familia de siete miembros, entre los que hay cuatro personas menores de edad, se trasladará a un piso de Alokabide en Santurtzi, vivienda que se ha logrado gracias a las gestiones realizadas por el Área de Acción Social del Ayuntamiento de Barakaldo para buscar la mejor salida posible a este caso. La suspensión del desahucio fue recibida con alegría por la familia y también por la decena de personas que se encontraban protestando por el posible desalojo.
La de Flor Alba y su familia es una historia con muchísimas aristas. Este núcleo familiar que se encuentra en situación de vulnerabilidad, encontró su acomodo en el piso del número 7 de la calle Portu de Barakaldo a través de un arrendamiento que estuvieron abonando de buena fe a la persona con la que habían formalizado el contrato pero que desgraciadamente para ellos, no era el propietario del inmueble. Es decir, habían sido víctimas de una estafa. En esta situación, la filial de una entidad bancaria, propietaria del inmueble, denunció el impago del alquiler lo que derivó en la orden de desahucio. “Ellos pagaron la fianza, pagaron el alquiler creyendo que lo estaban abonando correctamente. Han sido víctima de una estafa. Ni siquiera les han dado la oportunidad de explicarse, de contar su situación en sede judicial, han estado indefensos. Se han vulnerado sus derechos porque no han tenido un juicio justo y así lo hemos manifestado”, señaló Rosa de la Fuente, miembro de PAH Sendia. La primera orden de desahucio llegó hace año y medio en plena Navidad y, ayer, vivieron una nueva orden de esta índole.
Este desahucio se paró porque, justamente, a primera hora de ayer, llegaron a Alokabide las llaves del piso que había solicitado esta familia. Ese inmueble, situado en Santurtzi, será el nuevo hogar de Flor Alba y su familia. En vista del giro de los acontecimientos, la justicia ha dado una prórroga de un mes a este núcleo familiar para que recoja sus enseres y efectos personales y pueda ir haciendo una mudanza ordenada al que será su nuevo hogar en la localidad marinera. Flor Alba y su familia han dormido esta noche mucho más tranquilos habiendo visto clarificada su situación y sin la amenaza de ser desahuciados del que, aún, es su hogar.