Con las vistas hacia el castillo de Butrón, Ainhoa Elosegi produce cada día huevos de primera calidad. Esta ingeniera de formación y trayectoria cambió radicalmente su día a día en plena pandemia. “El 2 de abril de 2020 entraron las gallinas en nuestra granja. Y fue un caos porque todo el mundo estaba esperando a que tuviera huevos”, rememora la productora de gallinas ecológicas. “Son gallinas que salen todos los días a la pradera y comen pienso ecológico”, detalla. 

El poder conciliar vida familiar y profesional fue lo que impulsó a Ainhoa Elosegi a decidirse a poner una granja de gallinas. “Venía del sector industrial y con mi primer hijo le tuve que llevar a la haurreskola con 16 semanas. Fue durísimo y en ese momento no sabíamos que tenía problemas”, cuenta la productora de Gatika que se volvió a quedar embarazada y tuvo claro desde el principio que iba a actuar “de otra manera, de hecho empezó la haurreskola con dos años. He invertido ese tiempo que ya no lo voy a volver a tener con él y me siento satisfecha”. 

Ainhoa Elosegi posa delante de la nave donde cría a sus gallinas. Markel Fernández

Pero la maternidad no le alejó de la vida profesional sino que le sirvió para “dedicarme a algo en lo que podía gestionar mi tiempo. Quería algo que estuviera en contacto con el medio rural y la naturaleza y tener libertad de horarios”. La parcela de la que dispone en casa fue uno de los ejes sobre los que construyó un proyecto muy vigente hoy en día aunque no disponía de formación. “Fui a la Escuela Agraria de Derio e hice un curso de producción avícula. Además, había unas ayudas de la Diputación Foral de Bizkaia y estaba al límite para poder acogerme a ellas y dije: ahora o nada”, recuerda sobre su decisión.

“La plantación de kiwis ofrece a las gallinas sombra en verano y protección de las rapaces”

Ainhoa Elosegi - Productora avícola

Combinación productiva

Uno de los primeros pasos era contar con una nave que pudieron instalar cerca de su domicilio. “Al ser mi marido y yo ingenieros, el sistema eléctrico y la fontanería los pusimos nosotros y estábamos cableando cuando llegó el SMS de que los niños no tenían clase al día siguiente por la pandemia”, comenta sobre sus inicios añadiendo que “nos integramos en la cooperativa desde el principio porque yo me dedico a producir los huevos que sean de la mejor calidad posible y la cooperativa que se encargue de comercializarlos”. 

Así sus 1.200 gallinas producen huevos ecológicos que venden a través de Hobea, aunque en estos momentos su producción está parada ya que el lote de gallinas finalizó hace unas semanas y “hasta julio no tenemos las gallinas”. Una de las características de la iniciativa de Ainhoa Elosegi es que se las gallinas se crían bajo el paraguas de los kiwis. “Quería algo diversificado.

En el momento en el que comenzamos era algo novedoso porque pusimos una plantación de kiwis con las gallinas. Es una combinación buena porque las gallinas van abonando los kiwis y controlan la pradera. Y las gallinas se benefician de los kiwis porque en verano toda la pradera es sombra y se sienten protegidas de las rapaces”, precisa la productora, que en su nave también tiene un “pequeño obrador de bollería seca”, que comercializa en venta directa.