Jokin Alfageme, el último ertzaina en activo que pertenece a la primera promoción de la Ertzaintza, se jubiló el pasado 19 de marzo. Fue uno de los ertzainas que tuvo que cubrir fotográficamente el accidente en el Monte Oiz. El portugalujo confiesa a DEIA que aquel día no se le olvidará jamás.
¿Cómo lo recuerda?
No se me olvidará nunca porque fue muy trágico, fueron unas escenas bastante dolorosas porque desde la antena de EiTB hasta el punto de impacto había una franja en la que estaban todos los árboles talados y el resto del aparato. Llegando al punto de impacto se veían los restos humanos esparcidos por todo el lugar incluso dentro de lo que era la cabina del avión. Aquello fue sorprendente.
¿Cómo fueron esos instantes?
Como anécdota siempre cuento que empezamos en tráfico con la máquina de escribir, la manual, con las copias de calco, hasta que se fue implantando la informática. El accidente de Oiz lo hicimos con las cámaras de fotografía analógicas con carretes. Gastamos más de 200 en hacer el reportaje fotográfico. Mi compañero y yo subimos desde el punto de impacto hasta la antena, haciendo el recorrido para el reportaje fotográfico. Se nos gastaron los carretes y tuvimos que volver a bajar. Tuvimos que sacar fotos de todos los detalles que había en el lugar del siniestro.
Fotografía de todo lo que vieron
Cada detalle era importante.
Eso es y más aún cuando teníamos la duda de si una unidad de tráfico de atestado de vehículos tenía que asumir un atestado de accidente de aviación. Por si acaso sacamos foto hasta del último detalle que vimos.