Cumplir un sueño muy lejos de casa. Es lo que ha conseguido el durangarra Urtzi Ispizua, que a sus 24 años persiguió su objetivo de estrenarse de manera profesional en el muay thay. Y lo logró en Tailandia, cuna y templo de este deporte. Fue el pasado 10 de febrero en el estadio Patong Boxing de Phuket. “Me rompí un dedo en el primer asalto y me abrieron la barbilla, pero como si nada. Se me desplazó el dedo y finalmente me han tenido que operar. Todo se ve de otra manera habiendo ganado la pelea”, repasa sobre su primer triunfo como profesional.

Tras practicar toda la vida rugby, Urtzi decidió colgar las botas para adentrarse en las artes marciales. Formado en Laureano Fight Club e Indar Sport, “dejé el Durango Rugby Taldea con 18 años. Me pisaron, tuve una hernia y decidí dejarlo porque me notaba más flojo. Me quedé pequeño; yo pesaba sesenta y pico kilos y la gente ya iba con ciento y pico y vi que era el momento de cambiar de deporte e irme a algo que siempre me había interesado”, comenta acerca de aquella decisión.

Urtzi Ispizua ha debutado como profesional en Tailandia.

Su primera experiencia en Tailandia la vivió hace dos años cuando viajó con otros compañeros para vivir de cerca el muay thay. Allí pudo entrenar y descubrir la cultura de un deporte que le cautivó. Esta vez y tras pedir un año de excedencia en su trabajo, Urtzi llegó a Tailandia donde estuvo durante dos meses preparándose para el combate del pasado día 10. Con un pabellón lleno hasta la bandera, el durangarra se impuso al ruso Valentín Varygan por K.O., en el segundo asalto. “Antes del combate estaba nervioso, pero los compañeros del gimnasio me dieron confianza. El primer asalto fue muy duro porque consiguió tirarme un par de veces. En el segundo asalto después de que me echaran agua con hielo por encima, reviví, salí con todo, conseguí conectar una buena rodilla y acabar la pelea”, detalla.

Preguntado por la dureza de esta disciplina, Urtzi defiende que “te diría que es más lesivo el rugby porque hay mucha diferencia de pesos. En este deporte si tu entrenador lo ha gestionado bien deberías de tener una pelea más o menos igualada y con un peso parecido. Si acaba mal seguro habrá sido mala suerte o un mal emparejamiento que no debería de haber sido. Lo suyo es que sea una pelea igualada y que acabe bien”, reconoce con naturalidad.

Tras su primer triunfo como profesional, Urtzi regresará en unos días a Durango. La idea era disputar el campeonato de Euskadi, pero la operación de dedo no le permitirá competir. Ahora piensa en recuperarse bien y volver a disfrutar impartiendo clases a los más jóvenes. “Vivir de esto lo veo bastante difícil, pero ahora mismo lo que sí me gustaría es ayudar a los chavales que vienen por abajo. Son muy fuertes, lo viven y me gustaría ayudarles a conseguir lo que yo no he podido por empezar tarde”, asegura.

A medio plazo Urtzi también tiene claro su próximo propósito. Y es que la intención del durangarra es volver en verano a Tailandia para disputar dos o tres combates más en Phuket. Para ello, toca recuperarse y retomar los entrenamientos de manera disciplinada. “El muay thay me da mucha estabilidad; es un modo de vida. Hay que estar todos los días entrenando y sacrificándote. No es como por ejemplo el fútbol donde vas a jugar, te meten cinco goles y te vas mal para casa. Aquí si te hacen un K.O., te vas jodido de verdad, no solo mentalmente sino físicamente. Exige muchísimo en el día a día y te tienes que preparar a tope”, finaliza con ganas de seguir creciendo.