Han pasado ya tres lustros desde que en 2010 se sentaran las bases del proyecto del coro municipal de Berango, Aurrera Beti, que este año celebra su 15 aniversario, ofreciendo su mejor versión gracias a una evolución continua que le ha permitido crecer musicalmente año tras año. El coro berangoztarra, respaldado por el Ayuntamiento, está formado en la actualidad por cerca de una treintena de personas, en su mayoría mujeres, y es de carácter amateur en “un 95%”, según refleja su actual director, Iñaki González, quien se muestra orgulloso del trabajo desempeñado por todos y cada uno de sus integrantes y, sobre todo, de la evolución que han mostrado en estos últimos años. “Estoy muy contento con su compromiso y con su trabajo semanal en los ensayos”, indica.

La historia del coro berangoztarra está ligada al hogar del jubilado de la localidad. Durante una excursión de algunos de sus integrantes, la preparación de unas canciones para un karaoke sentó las bases de un proyecto musical que desde entonces no ha dejado de crecer. “Querían dar una sorpresa a otros miembros del hogar del jubilado cantando unas canciones y así empezó todo”, recuerda Elene Olagüe, dinamizadora del hogar del jubilado de Berango. Juana Mari Calatraveño puso sus conocimientos musicales al servicio común y el coro empezó a dar sus primeros pasos. Luego vino la etapa de Fernando Botanz, el segundo director que ha tenido la agrupación, y desde hace seis años está bajo las órdenes de Iñaki González, con quien ensayan semanalmente los miércoles y algún que otro día por voces en la Nagusien Etxea. “Hasta ahora se cantaba a una voz, pero hemos querido impulsar las diferentes voces. La pena es que nos hacen falta más voces masculinas”, apunta González, animando a los hombres de la localidad a que se inscriban.

Sin duda, se trata de una actividad idónea para ayudar al envejecimiento activo. “Tiene múltiples beneficios para las cuerdas vocales, para la pronunciación, además de que permite socializar, mantenerse activo, etc.”, destaca. Anualmente, ofrecen una actuación en la localidad para el pueblo, dado su carácter municipal, y también salen a cantar por Santa Águeda, una de sus fechas señaladas en el calendario.

Boleros, baladas, habaneras y música coral forman parte de su repertorio, el cual suelen ofrecer también en visitas a diferentes residencias de Bizkaia. A lo largo de su andadura, la pandemia marcó un antes y un después. “El coro ha llegado a estar formado por 42 personas, aunque tras la pandemia costó retomarlo”, recuerda Olagüe, que impulsa con éxito entre las personas mayores del hogar del jubilado otro tipo de actividades como la actividad física a través del senderismo, la gimnasia de mantenimiento, tonificación, baile, euskera o digitalización, charlas y actividades culturales, entre otros.

Sin embargo, la actividad del coro es una de las más queridas. “En el hogar del jubilado hay 150 personas y, aunque no todos están en el coro, disfrutan mucho viendo cantar a sus compañeros y compañeras”, expone. En este sentido, Olagüe también reconoce la gran evolución mostrada por la agrupación a lo largo de los años. “Ha mejorado mucho a nivel musical, la gente está muy contenta”, señala.