Normalmente, la sociedad presta atención a las barreras físicas, a aquellos obstáculos arquitectónicos que impiden o dificultan que las personas con discapacidad transiten por algunas zonas de las calles o rincones de las ciudades. Pero, por desgracia, hay otras muchas barreras que deben de sortear las personas con discapacidad o con algún tipo de incapacidad. En este aspecto, desde hace dos décadas, el santurtziarra Juan Antonio Bañares sirve de guía y acompañante de las personas con discapacidad o con algún tipo de incapacidad que tienen que realizar algunos de los largos, tediosos y, en ocasiones, difícilmente comprensibles trámites burocráticos. Por ello, el pasado lunes, la Asociación de Personas con Discapacidad de Santurtzi, Apdisa, le concedió a Juan Antonio su merecido premio Ponte en mi Lugar.

“Les echo una mano cuando me lo piden y me encargo de asesorales y ayudarles en cuestiones de documentación con los conocimientos jurídicos que tengo. Ahora, junto a mi compañera, estamos trabajando en el esclarecimiento del panorama que se les presenta a las personas que tienen algún tipo de discapacidad o incapacidad. La gente se confunde en este aspecto”, desarrolla Bañales, quien además de con Apdisa colabora con otros colectivos de Bizkaia como asociaciones de afectados de fibromialgia, de esclerósis Múltiple y promueve actividades de deporte adaptado, ya que es instructor en esta materia.

La dedicación altruista de Juan Antonio a ayudar a las personas en sus procesos burocráticos relacionados con la discapacidad o la incapacidad nace de una experiencia personal. Este santurtziarra de 55 años, trabajaba en la Ertzaintza, concretamente, en cuestiones ligadas a Asuntos Sociales y sufrió una situación que desencadenó en una discapacidad. “El mundo de las ayudas me despertaba mucha inquietud y adquirí los conocimientos jurídicos para ello y desde mi situación personal me encuentro en un contexto en el que puedo ayudar a las asociaciones y personas. Uno de los grandes debes de la sociedad es que se dedica a gestionar estas cuestiones gente a la que no le ha hecho falta solicitar este tipo de ayudas”, precisa Juan Antonio.

Cuando una persona padece un episodio que desencadena una situación de incapacidad laboral o discapacidad, las dudas y el desconocimiento de a dónde acudir a pedir ayuda y qué trámites realizar es una de las grandes problemáticas que viven los afectados. “Son cuestiones absolutamente desconocidas. Muchas veces me encuentro con que hay personas que mezclan una incapacidad laboral con una discapacidad sobrevenida o de nacimiento y que tampoco saben a dónde acudir y a qué tienen derecho en función de su situación”, expresa Juan Antonio, quien reconoce que en muchas ocasiones, lo más complicado de esta labor altruista que realiza es “ver que, a veces, no se logran los resultados deseados”.

Como todo experto en la materia, este santurtziarra intenta estar al tanto de la actualidad, los cambios en la legislación y las voluntades políticas existentes en cada momento que pueden afectar de forma positiva o negativa en las personas con discapacidad o algún tipo de incapacidad. “En estos últimos 20 años se ha avanzado mucho, pero todavía queda por delante un importante camino por recorrer”, apunta Bañares. Para seguir logrando avances en ese camino, el facilitar toda la tramitación correspondiente a ayudas y el hecho de poner más recursos a las personas con discapacidad o con algún tipo de incapacidad son aspectos absolutamente claves en estos objetivos.

Instructor deportivo 

Pero el hecho de poner sus conocimientos jurídicos a disposición de asociaciones y personas con discapacidad o algún tipo de incapacidad de forma altruista es, tan solo, una parte de la labor que desempeña Juan Antonio en favor de este colectivo. Por desgracia, aún quedan también muchas barreras que romper en el mundo del deporte. En este cometido también está muy implicado este santurtziarra de 55 años, puesto que, actualmente, es instructor de deporte adaptado y colabora con dos organizaciones deportivas, una tarea que le está reportando grandes satisfacciones.

“Por ponerte un caso concreto, hace un tiempo llevamos a cabo unos bautismos de buceo con personas con esclerósis múltiple y logramos que un chico de más de 40 años lograse bucear con su hijo, algo que nunca había hecho”, recuerda Juan Antonio.

Desde su posición, tiene bien clara la receta para que la sociedad sea cada vez más inclusiva y dé los pasos necesarios para que las barreras se vayan rompiendo de forma paulatina. “Como sociedad necesitamos más empatía y ser más generosos con las personas con discapacidad o con algún tipo de incapacidad porque son personas que lo necesitan”, concluye Juan Antonio Bañares, un santurtziarra que lleva dos décadas trabajando de forma altruista por construir un mundo mejor y sin barreras para las personas con discapacidad.

Retos

  • Cambios de legislación. El santurtziarra trata de mantenerse al tanto de los cambios legislativos para asesorar a las personas con discapacidad o algún tipo de incapacidad.
  • Empatía. Como sociedad, “necesitamos más empatía y ser más generosos con las personas con discapacidad porque lo necesitan”, asegura Juan Antonio Bañares, que lleva dos décadas volcado en guiarles por el laberinto burocrático.