La Ferrería de El Pobal ‘pone un pica’ en Flandes con la historia armera de BizkaiaXABIER ARMENDARIZ
“Esto es hecho: allá va la vizcaína; que nunca vuelve sin hacer cecina”, decía la singular Catalina de Erauso, la monja alférez, mujer de armas tomar del siglo de oro español, refiriéndose a la efectividad en la disputa cuerpo a cuerpo de la daga más famosa salida de las armerías vizcainas, especialmente de Bilbao. Una espada pequeña, una daga, llamada de vela porque tenía un guardamanos como si fuera un vela marinera, que se llevaba al cinto como complemento a la espada principal fuera esta ropera –o de distinción aunque pudiesen utilizarse en combate– o de guerra. Una espada que incluso llegó a formar parte del lenguaje popular con expresiones como “sacar la vizcaina” para referirse a meterse en problemas.
Hubo además otra espada de guerra a la que los ingleses bautizaron como Bilbo extendiendo su significante no solo en alusión a la ciudad de la que llegaba esta renombrada espada para su ejército, sino como sinónimo de “calidad” ya que aplicaban dicho nombre a otros productos como los grilletes que les proveían los armeros vizcainos. Detalles históricos que podrán conocerse en profundidad este sábado en la ferrería El Pobal dentro del ciclo Encuentros en la fragua. Allí, el colaborador de la revista National Geographic, Xabier Armendariz, impartirá la charla titulada Una pica en Flandes, un viaje al pasado en el que los asistentes conocerán la historia de la producción armera vasca, tan desconocida en Euskadi como prestigiosa en Europa gracias a productos como la Bilbo y la vizcaina que portaban con libertad los vizcainos por su condición de hidalgos. “En aquellos siglos hasta la caída del antiguo régimen, aquí todo el mundo podía portar armas por la calle, una costumbre que, por decirlo de alguna manera, se ha perpetuado en el tiempo con las famosas makilas, una derivación de la espada ropera para poder defenderte”, sostiene el investigador
Emporio
“El señorío de Vizcaya producía tantas armas como se podían producir en Gipuzkoa. Lo que pasa es que no se ha publicitado tanto como lo han hecho los guipuzcoanos que digamos nos han ganado el relato”, apunta el investigador quien en su charla abordará los siglos 16 y 17 “cuando se empieza aquí con la fabricación de armas y cuando Bilbao era muy famoso por la fabricación de armas, que es lo que la gente desconoce, porque parece como que Bilbao solamente ha sido importante a partir de la industrialización y en el siglo XVI era una ciudad cosmopolita, innovadora, primorosa en muchos aspectos”, sostiene Armendariz quien recuerda cómo en la obra Las alegres comadres de Windsor de William Shakespeare, el personaje de Falstaff, al salir de un cesto de ropa en el que se había escondido dice que se había “doblado como una Bilbo” en alusión a la flexibilidad de la hoja de la espada vizcaina.
Armendariz, tras un ardua labor documental destaca que en los siglos XVI y XVII había muchos armeros en Bilbao de todo tipo donde se fabricaban cañones que se probaban en la zona de Atxuri y espaderos afamados. “De hecho las espadas de Bilbao competían directamente con las de Toledo y Bilbao tenía la ventaja de que Bizkaia exportaba directamente a Inglaterra lo que hizo famosas las espadas Bilbo, uno de cuyos ejemplares se conserva en el Museo Pitt Rivers, de la ciudad de Oxford”, señala Armendariz quien deja un apunte más del poderío de la industria armera. En la vuelta al mundo de Elkano, las armas eran vascas.
La cita
El Pobal. Dentro del ciclo ‘Encuentros en la fragua’, el colaborador de la revista ‘National Geographic’ Xabier Armendariz, impartirá la charla titulada ‘Una pica en Flandes’, un viaje al pasado en el que abordará la historia armera vasca, tan desconocida en Euskadi como prestigiosa en Europa.
Magallanes-Elkano. El rey Carlos encargó al lekeitiarra Nicolás de Artieta que las armas de la expedición las comprara en Bizkaia y en Gipuzkoa “porque se hallarán mejores y a mejores precios que en esa Andalucía”.