El Ayuntamiento de Zeanuri con fecha del pasado 23 de mayo, en un pleno municipal y con votos favorables de la totalidad de la corporación municipal, acordó cambiar el nombre del refugio por el de Elorria Aterpea (que es el topónimo de origen del lugar). Esta decisión tiene su base en la ley 9/2023 de 28 de septiembre de memoria histórica y democrática.

Con estas cosas de quitar y poner nombres a los ya existentes deberíamos ser más respetuosos, conocer mejor el porqué y estudiar esa acción debidamente. Permítanme, amables lectores, una breves explicaciones pues creo que he estudiado bastante y con profusión la historia del refugio, y desde junio quería publicar este artículo. Ante cualquier acción envuelta en la Memoria Histórica hay que ver quién tiene narices de decir nada. Te señalan con el dedo.

Creo se ha mutilado el origen del nombre de nuestro refugio alpino en Gorbeia. El 20 de mayo de 1960 se inauguró “por todo lo alto” el único refugio público que tenemos en Bizkaia. Esta bonita edificación es una más de las muchas que proyectó quien fuera presidente de la Federación Española de Montaña (FEM), Julián Delgado Úbeda, reputado arquitecto y montañero. Con la característica de que es el nuestro el único de esta dimensión arquitectónica en Euzkadi.

Ángel Sopeña fue vicepresidente de la FEM con Úbeda y tejieron gran amistad. Sopeña fue quien decidió el lugar exacto para levantar el refugio y fue una obra que gestionó en su totalidad. Desde el proyecto, financiación, inauguración, apertura a los montañeros y gestión económica semanal hasta que ya era muy mayor, qye fue cuando le dijeron lo dejara. Según sabemos se levantó en Arraba porque era una zona más “higiénica” que Igiriñao, donde anteriormente se hospedaban los montañeros.

Al refugio Ángel Sopeña se le ha llamado de diferentes maneras. Conocido por los montañeros como refugio de Arraba, otros Arraba-Gorbeia, algunos pocos como refugio Elorria y los vecinos de Zeanuri le llaman desde su origen y todavía hoy lo citan como Bocho. Así me lo contaba Itziar Etxebarria Amorrortu, a quien se lo recuerda su aita, mi amigo Atxondo, Jose Luis Etxebarria, con quien me junté en la panadería Sagarna de Zeanuri cuando fui a ver la documentación del refugio que obra en el archivo municipal y que el Ayuntamiento tuvo a bien dejármela estudiar.

Inauguración del refugio el 29 de mayo de 1960.

Decía que cuando subían a Arraba desde los barrios de Zeanuri comentaban que iban al bocho (bochora). El nombre viene del agujero sumidero que hay detrás del refugio y en el que no construimos finalmente Gorbeiako Iturria hace más de 30 años en aquel proyecto de Lauburu del que manaban chorros de agua para el uso y disfrute de los montañeros.

Es una pena que con acciones así se pueda levantar sospecha de un grandísimo montañero como fue Sopeña quien con Antxon Bandrés capitanearon e impulsaron el montañismo vasco en origen.

Sopeña fue el primer escalador de Bizkaia y el primer vasco en subir al Naranjo de Bulnes. No fue falangista y sí un duro defensor de los derechos de los montañeros para poder circular libremente por el monte sin visados de gobernación. Ayudó y defendió a montañeros encarcelados por el Ejército de Franco. No ocupó ningún cargo político con la dictadura y, a mi entender, era porque no estaba de acuerdo con muchas cosas que veía, digamos cercanas, que hizo el régimen dictatorial. Es una enorme injusticia quitarle el nombre a su refugio, y yo creo que el Ayuntamiento de Zeanuri se ha equivocado.

El refugio, si no me confundo, es de los montañeros vizcaínos. A nosotros corresponde la propiedad, a nuestra Federación Vizcaína de Montaña. El caso es que cuando se construyó parece ser que se lo regalaron a Euskal Mendizale Federazioa y ésta rehuyó su titularidad y se lo endosó a Bizkaiko Mendizale Federazioa (BMF). Hay un convenio de cesión del suelo con el Ayuntamiento arratiano que alquila el edificio por una cantidad irrisoria.

No consta en el registro de la propiedad, aunque esta inscripción no es obligatoria, pero si todos tenemos nuestros pisos registrados sería lógico que el aterpe también lo tuviera.

En la revista Pyrenaica que Euskal Mendizale Federazioa editará en diciembre como monográfico del Centenario de la Federación Vasca Navarra de alpinismo (FVNA) se colará un artículo mío sobre la historia del refugio que, curiosamente, está sin contar. En él profundizo en todos los detalles de su construcción y gestión a lo largo de sus 64 años de vida...