La empresa biotecnológica Cocoon Bioscience inauguró ayer en el Parque Científico y Tecnológico de Bizkaia la primera planta industrial del mundo que produce proteínas recombinantes utilizando insectos en forma de crisálida como biorreactores naturales de bajo coste. De esta manera, ciencia y naturaleza se unen para llevar a cabo una producción que está destinada a suministrar, principalmente, reactivos para los mercados de la salud y la carne, es decir, para la industria de terapias y vacunas mRNA, secuenciación génica y carne cultivada.
Un proyecto pionero que dio sus primeros pasos en BIC Bizkaia –incubadora especializada en tecnologías bio-micro-nano–, y que refuerza el papel del Territorio Histórico en el sector de la biotecnología y como territorio atractivo para la inversión. “En Bizkaia no solo se encuentran oportunidades, sino que se crean”, destacó la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, quien inauguró las instalaciones junto con la viceconsejera de Tecnología, Innovación y Transformación Digital, Jaione Ganzarain; la diputada foral de Promoción Económica, Ainara Basurko; la alcaldesa de Derio y presidenta de Eudel, Esther Apraiz; el director general y directora de operaciones de Cocoon, Josh Robinson y Romy M. Dalton; y el socio de Columbus, Javier García, entre otros.
En esta línea, la nueva planta ubicada en Derio, que cuenta con unas instalaciones de 4.000 metros cuadrados de los 2.300 están destinados específicamente para la producción, supone “un hito para la sociedad”, según destacaron sus responsables, puesto que al llevar la producción a una escala industrial permitirá ampliar la fabricación y reducir así aún más el coste de estas proteínas recombinantes, tan necesarias para hacer accesibles las terapias avanzadas y la alimentación sostenible. “Puede llegar a satisfacer la demanda global de alimentos”, subrayó el director general de Cocoon, Josh Robinson.
A este respecto, cabe señalar que actualmente las instalaciones de Derio tienen una capacidad para generar una producción anual de entre 2 y 3 kilos de proteína recombinante, pero disponen de potencial para aumentar esa capacidad incluso más allá de los 20 kilos en el futuro.
“Con esta inversión reforzamos el desarrollo de la biotecnología en Bizkaia, un sector clave”
La startup, que fue fundada en septiembre de 2022 y que emplea la tecnología Crisbio, que se remonta a 2005, utiliza una técnica única en el mundo, “tan secreta como la fórmula de la Coca-cola”, según apuntó la COO de Cocoon, Romy M. Dalton, que le permite obtener una plataforma automatizada que utiliza insectos en su estado de crisálida como biorreactores naturales de alta eficiencia y bajo coste, lo que convierte su método en una producción “más natural, escalable y accesible” en comparación con el método tradicional de fermentación con bacterias, en donde se utilizan biorreactores de acero inoxidable.
A este respecto, hay que señalar que tanto las vacunas y terapias mRNA como la carne cultivada comparten los altos costes de las materias primas, lo que restringe el uso de estas tecnologías. A nivel sanitario, el objetivo de Cocoon Bioscience es “democratizar el acceso a este tipo de terapias”, reduciendo los costes relacionados con la materia prima hasta en un 90%, lo que permitirá “el acceso a países en vías de desarrollo que enfrentan enfermedades infecciosas que minan la población”, apuntaron.
“La tecnología Crisbio permite producir proteínas recombinantes a una escala más accesible”
Por su parte, la carne cultivada, un mercado al alza, es una alternativa sostenible para el futuro de la alimentación mundial. Precisamente, se calcula que en 2075 habrá 9.000 millones de personas en el planeta, lo que hará insostenible la producción de alimentos de manera tradicional. Además, la producción ganadera actual contribuye “significativamente al calentamiento global debido al metano generado por los animales”, indicaron. Por contra, la carne cultivada ofrece “una solución sostenible y podría eliminar enfermedades relacionadas con la ingesta de carne de origen animal”, señalaron.
Sin duda, se trata de una industria con gran potencial que Etxanobe puso de relieve, puesto que con esta inversión se refuerza “el desarrollo de la biotecnología en Bizkaia, un sector estratégico para el territorio y priorizado en la estrategia de especialización inteligente de Euskadi, por las capacidades científico-tecnológicas y el potencial de generación de actividad económica y empleo de calidad. Este hito es también un buen ejemplo de cómo Bizkaia atrae inversión y talento. Fortalece nuestra posición como referente en innovación y sostenibilidad. Cocoon contribuye al desarrollo de Bizkaia hacia una economía más avanzada y diversificada”, argumentó.
“Este sistema de producción posibilita avanzar en la sostenibilidad de la salud y la alimentación”
Por su parte, Javier García, uno de los inversores del proyecto, añadió que el ecosistema innovador de Euskadi se consolida con la apertura de la planta de fabricación de Cocoon. “Se incorpora un enfoque disruptivo, que toma los avances de la ciencia y los une al poder de la naturaleza. Se trata de un sistema de producción único en el mundo que, además de ser más eficiente, es diferencial para avanzar en la sostenibilidad de áreas tan importantes como la salud y la alimentación”, detalló. Al mismo tiempo, la alcaldesa de Derio, Esther Apraiz, subrayó que la inauguración de esta nueva planta refleja que “la industria 4.0 apuesta por Euskadi” y recordó la andadura del parque tecnológico en este ámbito durante las últimas cuatro décadas. “Nuestro objetivo es ser testigos del progreso y un aliado activo”, agregó.
Baculovirus
Sobre esta línea, la tecnología Crisbio empleada por Cocoon Bioscience se basa en la inoculación de las crisálidas con el baculovirus, que actúa como un caballo de Troya, introduciendo la secuencia génica deseada en las células del insecto. “El baculovirus es inofensivo para mamíferos y permite que las crisálidas produzcan de manera natural la proteína recombinante deseada en tan solo tres a seis días”, detalló Romy M. Dalton. Para producir las proteínas recombinantes tan necesarias para los retos actuales de la sociedad, Cocoon Bioscience utiliza crisálidas de Trichoplusia ni, de la familia de las polillas. Su criadero de insectos, gestionado por un equipo de entomólogos expertos, está diseñado para ser una plataforma de producción eficiente y robusta. “La tecnología Crisbio permite llevar la producción de estas proteínas recombinantes a una escala más natural, más rápida y, por tanto, más accesible. Lo cual supone un avance tremendo para las industrias biosanitarias y alimentarias”, concluyó Josh Robinson.
El Apunte
3 kilos de proteína recombinante al año es la capacidad de producción actual de la planta industrial de Cocoon en Derio, pero con potencial para aumentar la capacidad más allá de los 20 kilos en el futuro.