Si hay un refugio referente del montañismo vasco, ese es el que lleva el nombre de Ángel Olorón, situado en una planicie en Belagua a 1.428 metros de altitud y a escasos kilómetros de la frontera con Zuberoa y el Bearne. Es el único refugio de alta montaña en el Pirineo Navarro. Este pasado 10 de agosto fuimos Xabier Ollo y el abajo firmante a disfrutar de la vivencia montañera que ofrece este lugar.
El objetivo era y fue el título del artículo. Llevaba seis años para ir y lo conseguí. Recordaba que hace 41 años estuve una semana pernoctando allí y haciendo las cumbres más cercanas del lugar: Atxerito, Pakiza de Linzola, Ansabere, Anie, Lakartxela, Hiru Erregeen Mahaia, Petretxema, Lakora y Txamantxoia.
Como lo que pretendía era pasar una noche en el refugio, he querido titularlo así, emulando la película Noche en el museo, que me gustó. No entiendo nada de cine y poco veo, pero tenía que titular el artículo y sin más. Tras una búsqueda compruebo que Una noche en el refugio es también una historia corta protagonizada por Illium y publicada por la escritora Nalini Sing, autora de novelas románticas paranormales, nacida en Fiji en 1977.
En cualquier caso, permitidme contar cómo aprovechamos las 29 horas que Xabier y yo estuvimos de expedición. Quedamos en Iruñea el citado sábado 10 de agosto a las 14.30 horas y regresamos a la capital navarra el domingo día 11 a las 19.30 horas.
Yendo hacia Pirineos paramos a comer en el Hostal Latorre, de Liedena, a petición del que esto escribe, rememorando los cientos de bocadillos que comí cuando íbamos o volvíamos de esquiar de Candanchú durante tantos años. En este caso disfrutamos de un extraordinario plato de sepia a la plancha.
Llegamos al refugio de Belagua exactamente a las 19.12 horas y a tiempo real recibí un mensaje de whatsapp que anunciaba el fallecimiento de Paquita Bretos, histórica alpinista navarra que mucho tuvo que ver en la construcción del refugio donde estábamos. Viuda de Ángel Olorón, gran impulsor del montañismo navarro y a quien está dedicado, precisamente, el refugio. Que descanse en la paz del Señor esta grandísima montañera. Goian bego.
La cena fue a las 19.30 horas y nos sirvieron lentejas (buenísimas), pollo horneado con arroz y mousse de limón. La suerte hizo que nos pusieran tanto en la mesa de la cena como en la camarilla, con tres montañeros de Iruñea y otros tantos de Bilbao. Al minuto uno ya estábamos hablando de montañas. A las 22.00 horas silencio total, pero se puede estar en la calle, charlando a la vera de las estrellas. Dicen que el lugar es uno de los mejores observatorios atmosféricos para contemplar el firmamento que hay en Euzkadi.
El domingo desayunamos a las 07.00 horas. El refugio debe estar vacío a las 09.00 horas para su limpieza. Los domingos en verano colaboro con Onda Vasca y tengo un pedacito de radio titulado Euzkadi en ruta (10.10 horas) y desde allí emití en directo pidiendo permiso a los guardas para poder estar en un espacio cerrado sin ruidos ni viento. Hable por supuesto sobre Belagua. Todavía este próximo día 8 estaré en antena. Y antes de que se me pase por alto: el precio del refugio para dos personas con media pensión (cena, desayuno y pernocta) fue de 77 euros.
Visitamos Roncal y la tumba del tenor Julián Gayarre, Isaba con su iglesia-fortaleza tan elegante, Urzainki y su espléndida ermita y crucero, y la estación de esquí de Arette. De regreso comimos en la única tasca abierta en Salvatierra de Esca (Zaragoza) para luego visitar la Foz de Arbaiun, estando primero en el pueblo de Bigüézal (Biotzari, en euskera), donde la amatxu de Xabier fue maestra.