Henry Ford vaticinó la clave del éxito. Lo hizo a principios del siglo XX, con el sistema de producción en cadena implementado en la elaboración de sus vehículos. Un ejemplo que empresas de diferentes partes del mundo adaptaron a su modo de trabajo.

La planta de Coca-Cola de Galdakao, entre los diferentes proyectos que tiene en activo, tiene en marcha la escuela de carretilleras. Se trata de una iniciativa pionera que pretende impulsar el empleo femenino en entornos industriales y gracias al que distintas mujeres han podido formarse como carretilleras y trabajar en la planta de Bizkaia. En la de Galdakao, hay seis mujeres trabajando.

Marian Pérez y Yolimar Marín son dos de las seis trabajadoras que forman parte de dicha escuela de carretilleras. Pérez cuenta que lleva más de “veinte años conduciendo carretillas”. Sin embargo, tuvo un parón en 2020, año en el que llegó la pandemia.

"Situación inesperada"

Comenzó haciendo un “cursillo sociosanitario”. Aunque cambió el empleo al que se dedicaba, su pasión por conducir las carretillas no cambió nunca.

La vida de Marian Pérez se recondujo cuando una mañana le llamó su orientadora laboral. “Me fijo, ha salido un curso de carretilleras para mujeres. ¿Te interesa? Le dije, sí, claro”, recuerda Pérez, quien añade que la llamada recibida fue una “situación inesperada, de sorpresa”.

Por su parte, Yolanda Marín vive cerca de la planta de Galdakao. “Veía la fábrica todos los días”, confiesa Marín. En esta dirección, señalaba que “sería bueno” trabajar aquí. “Y mira donde estoy, llevo dos meses con la esperanza de que la próxima semana, que se nos cumple el contrato, nos vuelvan a llamar”.

Cambio de vida

Antes de dedicarse a ser carretillera, Yolimar Marín estaba “trabajando de cara al público” en una tienda. “Pasar de estar todo el tiempo en atención al cliente o detrás de una caja a otro ambiente completamente diferente, para mí ha sido... un cambio que me gusta”, puntualiza.

Además, señala que “nunca había hecho esto”, ni lo llegó a pensar años atrás. “Se me dio la oportunidad, me llamaron para hacer el curso de formación y la verdad que me pareció un reto”, indica.

Entre risas, explica que “ni siquiera tengo el carnet de conducir” por lo que Marín dijo, “bueno vamos a ver qué tal. Doy lo mejor de mí, y lo sigo dando porque yo pienso que uno como persona aprende todos los días”.

"Todo el camino por recorrer"

La gerente de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad del Área Norte de Coca-Cola Europacific Partners, Ane Epalza, apunta que con la escuela de carretilleras se quieren comprometer con tres ejes en concreto: ofrecer un proyecto sólido y de calidad, promover la igualdad de oportunidades y la inclusión, y, ayudar a conseguir sus objetivos en el ámbito social. 

En la actualidad, el porcentaje total de mujeres en la empresa ha crecido hasta llegar al 25,9%. Una cifra próxima al objetivo marcado de que un tercio de la plantilla sean mujeres en el año 2030.

Tanto Marian Pérez como Yolimar Marín reflexionan sobre “todo el camino que queda por recorrer”. Sin conocer qué será de ellas en el futuro más inmediato, apostillan que este tipo de proyectos “son necesarios porque somos más que capaces. Entonces, estos son los que, por lo menos, te empujan”.

En caso de no continuar como carretilleras, tienen claro su futuro. “Si se me termina el contrato aquí y no tengo oportunidad de seguir seguiré enviando currículum en este mismo ámbito porque la verdad que me gusta lo que hago”, sentencia Yolimar Marín.