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Urduliz y Sopela ascienden a Santa Marina y homenajean a las nuevas amatxus

La tradicional romería contó, además, con concursos gastronómicos y danzas

Urduliz y Sopela ascienden a Santa Marina y homenajean a las nuevas amatxusCarlos Zárate

En una jornada de lo más veraniega, urduliztarras y sopeloztarras disfrutaron ayer de una de sus tradiciones más arraigadas, la romería de Santa Marina. En procesión, acompañados de txistularis y un gran ambiente, vecinos y vecinas de ambas localidades peregrinaron hasta la ermita situada en las peñas. Allí acudieron a la tradicional misa y después disfrutaron de diversas actividades como romería, lunch, homenaje a las amatxus, concursos gastronómicos, danzas y mucho más.

Txistularis amenizaron todo el recorrido hasta la ermita de Santa Marina.

En este sentido, la jornada comenzó en cada uno de los dos municipios que comparten la ermita con un itinerario de peregrinación. En el caso de Urduliz, desde la iglesia de Andra Mari, donde se guarda la Santa Librada, hasta la ermita al ritmo de txistularis antes de dar comienzo a la celebración de la tradicional misa a mediodía. Una procesión que, en el caso de Sopela, estuvo amenizada por Barinatze Txistu taldea y que es todo un ritual para muchos vecinos de Urduliz y Sopela. Fieles a su cita con la Santa Librada, protectora de las parturientas y las dificultades matrimoniales, acuden a la tradicional misa impartida en la ermita. “¿Ya habéis rezado por mí?, que yo necesito mucha ayuda”, le espetó el urduliztarra Javier a un grupo de amigos sopeloztarras que cumplieron antes que él con la tradición.

Al mismo tiempo, desde primera hora las campas junto a la ermita se llenaron de cuadrillas dispuestas a elaborar la mejor tortilla de patatas para competir en los respectivos concursos gastronómicos organizados para la ocasión. En el caso de Urduliz, la implicación fue muy reseñable al caer esta jornada festiva en sábado, lo que animó a la participación. Precisamente, una de esas cuadrillas urduliztarras que no se pierden ninguna cita gastronómica de la localidad fue Deabru Txikiak, quienes demostraron que el trabajo en equipo siempre da sus frutos.

La cuadrilla Deabru Txikiak, siempre al pie del cañón.

Sobre esta línea, después de la misa se celebró uno de los actos más emotivos organizados por el Ayuntamiento de Urduliz. Se trata del tradicional homenaje a las nuevas amatxus. A este respecto, cerca de una decena de estas mujeres que han tenido un bebé, desde un recién nacido de apenas un mes y medio, hasta otros que ya alcanzaban el año, fueron agasajadas con un aurresku de honor y también recibieron un obsequio conmemorativo de parte de la alcaldesa de Urduliz, Itziar Iratzagorria, y el resto de autoridades municipales.

Una vez concluidos los actos protocolarios llegó el momento de reponer fuerzas tras la ascensión a las peñas con un merecido hamaiketako compuesto por vino, mosto, cerveza y galletas. Y es que, subir hasta las peñas de Santa Marina requiere un gran esfuerzo para muchas personas que, a pesar de todo, no faltan a la cita. 

Los asistentes disfrutaron de un aperitivo para reponer fuerzas.

Taxi a la ermita “Es una tradición que no hay que perder, es una fiesta muy bonita”, indicó la urduliztarra Arantza. Incluso, el Ayuntamiento de Sopelahabilitó un servicio de taxi para subir y bajar a la ermita con salidas desde el parking del Garden center para subir y desde la explanada de la ermita para bajar. Después de la liturgia, los y las sopeloztarras cumplieron con la ofrenda floral en homenaje a Fernando Ansoleaga, mientras que los y las urduliztarras, sentados en la campa, contemplaron el aurresku de honor a las amatxus y brindaron por esta festividad

Los actos programados por la festividad de Santa Marina continuaron por la tarde. Ambas localidades escogieron a los ganadores del concurso de tortillas y, después, disfrutaron de una romería. Asimismo, en la fiesta organizada por Urduliz, a las 19.00 horas tuvo lugar la tradicional bajada desde Santa Marina hasta la plaza Antsonekoa amenizada con cabezudos y grupos de danzas. Más tarde, a las 20.00 horas se entregaron los premios del concurso de tortillas y después se repartieron unos perritos calientes que hicieron las delicias de los más txikis. Ya por la noche, el ritmo festivo no decayó gracias a la actuación de la romería Zutik que redondeó una jornada llena de tradición y buen ambiente.