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El centro artístico de La Guata en Zalla recupera la memoria de la antigua fábrica

Dos proyectos inician su actividad mientras prosiguen las obras en el interior

En imágenes: el centro artístico de La Guata recupera la memoria de la antigua fábricaM. Godoy / Elixane Castresana

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Nacida en 1956 en Pedrosa de Valdeporres, Montse Camiñas se mudó a los 2 años a Nava de Ordunte, a los 11 a Otxaran y al cumplir la mayoría de edad, se trasladó a otro núcleo de Zalla. Cuando el Ayuntamiento propuso colaborar en la resurrección de La Guata como centro artístico poniendo en valor la memoria colectiva aportó una fotografía suya. Sentada en el pupitre escolar, esboza una sonrisa a la cámara. Contemplarse en una de las estampas le produce “una ilusión muy grande”. Forma parte de uno de los dos proyectos con los que arranca esta nueva andadura mientras se ultiman las obras en el interior.

La comisaria de ambos, doctoranda en Investigación en Arte Contemporáneo por la Universidad del País Vasco, Irati Inoriza, resalta que “queríamos que la participación de la comunidad de Aranguren resultara imprescindible en trabajos sensibles y feministas”. El arte contemporáneo “conduce a un pensamiento crítico y una creatividad y no podemos rezagarnos”, defiende la artista balmasedana, seleccionada en el Premio Generación 2024 de la Casa Encendida (Madrid) con una videoinstalación sobre las lamias.

La selección de imágenes que forran las ventanas de La Guata para retratar la memoria colectiva del núcleo zallarra de Aranguren corresponde a la labor de Ainhoa Resano bajo el título Ellas. Una aproximación “a la última generación de mujeres que custodian álbumes, han vivido mucho y contado muy poco”, explica la artista. Para acercarse a los vecinos y vecinas, primero convocó una presentación abierta a la ciudadanía y también contactó con la asociación de mujeres Entzutekoa, el hogar del jubilado... Extractos de las conversaciones se pueden escuchar al lado de las instantánea. En uno de ellos hablan sobre la fábrica de La Guata y, en otro, “doce mujeres comparten sus vidas”. La fotografía de mayor tamaño, que capta la atención desde lejos “representa también un homenaje a las obreras, obreras muy valientes, en muchos casos hijas de labradores de generaciones de la posguerra”.

Vivencias en común

Ainhoa Resano ha hallado “puntos en común” en las vivencias de esa época: “el río Cadagua, la ermita de la Papelera (otro de los gigantes industriales de finales del siglo XIX y principios del XX determinante en el crecimiento de Aranguren) y se repite el mantra a menudo de que no habían nacido en el municipio, se puede colectivizar la memoria y compartir la vida”, como lo han hecho estas mujeres con edades comprendidas entre los 60 y los 89 años. “Los cantos de las trabajadoras de La Guata mientras doblaban servilletas y confeccionaban las primeras compresas, los ratos de descanso, las excursiones, las que en otros tiempos levantaban las barreras del tren, los primeros sueldos, los cuidados hasta el final, la familia y las solteras, las excursiones a por manzanilla y las veladas cosiendo juntas” ya han pasado a integrar el patrimonio inmaterial de Zalla para las futuras generaciones.

En el proyecto El tacto del contacto, la artista y cineasta Inés García ha recorrido Aranguren en los últimos meses integrándose en su tejido social y asociativo. Equipada con una cámara de 16 milímetros, filmó un ensayo del grupo de danzas Ibai Lorak y la creación de una tarta esférica en la tienda Jeypops, situada justo al lado de las remodeladas instalaciones de La Guata. “Las dos piezas posan su mirada en el saber hacer, la repetición de movimientos y gestos, el límite entre arte y artesanía, forma y función”, describe.

El alcalde de Zalla, Unai Diago, se muestra feliz por participar en el arranque de la actividad artística, aunque por dentro resta trabajo, como “las escaleras y el ascensor” y aún hay que definir su funcionamiento. En cualquier caso, La Guata “ha de actuar como un imán, un catalizador de ideas e iniciativas”, reflexiona, con agradecimiento a la contribución del Gobierno vasco y la Diputación Foral de Bizkaia y la labor del anterior equipo de gobierno jeltzale de la localidad, bajo cuyo mandato comenzó a fraguarse la reconversión de la vieja fábrica. Sobre esta línea, el anterior alcalde, Juanra Urkijo, se declara “muy contento de que vaya tomando forma, ya que es importante construir un proyecto cultural serio y potente que dinamice”.

Las iniciativas

‘Ellas’. Ainhoa Resano inmortaliza las vidas de mujeres, muchas de ellas relacionadas con La Guata, mediante fotografías incorporadas a las ventanas de la desaparecida fábrica, ahora rehabilitada como centro artístico que dinamice el núcleo de Aranguren. Retrata vidas de generaciones que “han vivido mucho y contado muy poco”.

‘El tacto del contacto’. Inés García ha grabado con una cámara de 16 milímetros al grupo de danzas Ibai Lorak y una repostera de la tienda Jeypops, situada al lado del centro artístico, en el proceso de crear una tarta esférica, “arte en gestos, movimientos y saber hacer”.