La segunda edición de la Burdin Hesiko Mendi Lasterketa volvió a demostrar el carácter especial de una carrera de montaña comprometida con la memoria histórica y la solidaridad. Lo que hace 87 años fue un escenario de guerra, ayer se convirtió en una carrera de fondo para ayudar a “los niños y niñas de hierro”, tal y como les definió Itziar Astigarraga, directora de pediatría de la OSI de Cruces, en referencia a las niñas y niños que padecen enfermedades de larga duración. Una lucha titánica sobre el barro de las praderas, bosques y vestigios de la guerra de Gamiz-Fika que bien merece la pena, puesto que Eperlanda Kultur Elkartea, asociación organizadora de la carrera con la colaboración del Ayuntamiento de Gamiz-Fika, destinará los ingresos de esta segunda edición precisamente a la humanización de la Unidad Especial de Cáncer y Enfermedades Crónicas de la OSI de Cruces que cuida de este tipo de pacientes.

En esta segunda edición la carrera dio muestras de su explosión en apenas dos años, puesto consiguió doblar el número de participantes, pasando de más de 500 el año pasado a más de 900 este año, llegando incluso a agotar todos los dorsales disponibles y permaneciendo 200 personas en lista de espera.

Con tres modalidades de pruebas; trail largo de 37 kilómetros, trail corto de 13 kilómetros y marcha, y un recorrido con un desnivel acumulado de 1.750 metros, los corredores recorrieron el sistema defensivo del Cinturón de Hierro por uno de sus puntos más calientes, muy próximo a la ruptura de la línea defensiva entre Gaztelumendi y Urrusti, y que conserva diversas trincheras y nidos de ametralladoras de la contienda bélica, además de contar con recreaciones históricas en determinados puntos señalados del trayecto.

Pero, además de la prueba deportiva, la jornada contó con feria del sector primario, gargantúa, bertsolaris, joaldunak de Zubieta, hinchables, chocolatada, Dj, ternera asada y otras actividades para recabar fondos, como venta de camisetas o calcetines.

Clasificación

Precisamente, en la marcha de 37 kilómetros, en la categoría masculina se proclamó vencedor Ariz Egea, del equipo Domusa Teknik Lana, con un tiempo de 2 horas, 58 minutos y 27 segundos, marcando un impresionante ritmo medio de 4 minutos y 49 segundos el kilómetro. Tras su paso por meta, el vencedor, habitual de este tipo de pruebas de montaña y que consiguió bajar de las tres horas a pesar de lo complicado que estaba el terreno tras haber llovido, destacó “la dureza del recorrido debido especialmente al barro”, que fue protagonista a lo largo de toda la prueba, pero al mismo tiempo reconoció haber disfrutado mucho.

Asimismo, completaron el podio Raúl Criado, segundo clasificado con un tiempo de 3 horas, 3 minutos y 11 segundos, y Walther Becerra, tercero, con 3 horas 5 minutos y 22 segundos. En la categoría femenina se impuso Oihana Kortazar, con un tiempo de 3 horas, 33 minutos y 10 segundos. La corredora afincada en Mutriku superó a Oihana Azkorbebeitia (4:00:12) y a María Arin (4:41:00), segunda y tercera clasificada, respectivamente.

Por último, en el trail corto, de 13 kilómetros de longitud y un desnivel positivo de 500 metros, se impusieron Mikel Rodríguez (1:04:30) del Mungia Atletismo Taldea y Ainara Urrutia (1:12:35), del Lizarpe Mendi Kluba.