La Arboleda, recreo para la escuela rural
Cerca de 400 niños y niñas de 18 escuelas rurales de Bizkaia se citan en una fiesta reivindicativa de este modelo
EL poblado minero de La Arboleda en Trapagaran se convirtió ayer en un enorme patio de recreo en el que disfrutaron, como si no hubiera un mañana, unos 400 escolares de las Bizkaiko Eskola Txikiak, las antiguas escuelas rurales, donde conviven alumnos y alumnas de diferentes edades en un entorno educativo singular, en el que la interrelación del alumnado forma parte de su riqueza curricular. “Estas escuelas son aquellas que están en entornos rurales con una media de menos de seis aulas en las que se mezclan las edades, lo que nos aporta una riqueza en cuanto a diversidad e integración porque al final están mezcladas distintas edades con distintos estadios de desarrollo. En estas aulas donde conviven escolares de 3 o 4 años con niños y niñas de 6 o 7 es un ambiente peculiar. Es como una familia, todos aprenden de los otros y todos los alumnos son de todos nosotros; no tienes tu clase sino que son de todos”, reseña Bea Berzosa, andereño del centro de La Arboleda donde tienen dos aulas con 23 alumnos y alumnas de diferentes edades.
La cita escolar reunió a 18 centros de las diferentes comarcas deBizkaia y pudieron disfrutar de una jornada plagada de juegos y diversión en el espléndido marco del poblado minero al tiempo que permitió a los responsables de los diferentes centros intercambiar experiencias y anhelos. “La caída de la natalidad en Euskadi es un contratiempo para el mantenimiento de este proyecto de Eskola Txikiak que en algunas zonas está repuntando pero que en otras se ve comprometido su futuro. Es muy importante mantener una escuela en estos pueblos porque eso le da vida al pueblo, le da riqueza y los niños y niñas siguen estando en él. Se fomenta ese sentido de pertenencia a ese entorno”, asevera Berzosa.
Un planteamiento que corroboró Jugatz Ormaetxea, coordinadora de los centros bizkaitarras que junto a los arabarras, (que ayer tuvieron su segunda fiesta en Aramaio) y los guipuzcoanos (con una mayor tradición) están ultimando un protocolo que unifique los criterios a la hora de abordar la especificidad de este modelo educativo. “Llevamos varios años elaborando un protocolo para fijar nuestra mirada pedagógica, hacia dónde nos dirigimos, cuál es el rol del profesorado que no es el mismo que en las escuelas grandes... Aquí te puedes encontrar con dos alumnos de 3 años y seis de 5 años y eso hay que asumirlo”, plantea.