El ecoparque de Artigas contará con una nueva depuradora que mejorará el tratamiento de los lixiviados que se generan tanto en el vertedero como en la planta de compostaje. La infraestructura, que requerirá de una inversión de 2,6 millones de euros, comenzará a construirse el próximo mes de junio.
Los lixiviados son los líquidos que generan los residuos -a veces, incluso en el propio cubo de la basura de casa-, bien al descomponerse la basura orgánica o al derramarse lo que todavía queda dentro de los envases. El problema, además de la gran cantidad que se genera en un vertedero, es su carácter contaminante, que obliga a instalar plantas para darles un tratamiento adecuado en este tipo de infraestructuras.
En el caso de Artigas, ya cuenta con una planta depuradora, en la que se tratan los lixiviados del vertedero, pero que se ha quedado pequeña con la ampliación del depósito. Además, los nuevos líquidos sobrantes que se generan en este entorno hacen necesario variar el proceso de tratamiento que se venía aplicando hasta ahora. De esta forma, también se podrán tratar los que se producen en la planta de compostaje y que, por su concentración, ahora se tienen que derivar a un gestor autorizado externo.
"Un paso adelante en la gestión de residuos"
"Gracias a la aplicación de tecnologías alternativas, esta nueva planta va a suponer un paso adelante en la gestión integral de residuos, porque va a ser capaz de procesar la totalidad de los lixiviados que se producen en las instalaciones de la Diputación Foral de Bizkaia", ha explica la portavoz de la institución, Leixuri Arrizabalaga.
La planta se construirá en la plataforma intermedia del vertedero, una zona ya en desuso y consolidada, para recoger por gravedad el lixiviado que se genera en las nuevas celdas, y junto a la planta de Bizkaiko Konpostegia. Se trata de una zona cuya superficie útil se puede ampliar en el futuro utilizando los terrenos adyacentes, en caso de que la depuradora exija un mayor espacio en el futuro.