Sala Moyua de Brancas celebrará los próximos días 28 y 29 de febrero la primera de las cinco subastas regulares que realiza durante el año en sus instalaciones del centro de Bilbao (C/ Gran Vía, 40). En esta ocasión, compuesta por 841 lotes.
Previamente, desde el pasado día 20 y hasta el 27 de febrero, los lotes permanecen en exposición pública en la citada sede para que las personas interesadas puedan examinar las piezas personalmente y realizar cualquier consulta, en horario de 10.00 a 14.00 horas y de 16.30 a 20.00 horas de lunes a viernes.
Además, Sala Moyua edita un catálogo fotográfico en papel que distribuye a sus compradores habituales y que también está disponible en la web www.salamoyua.com y en la app gratuita Sala Moyua. Desde ambas es posible pujar con antelación y desde la app también seguir la subasta y realizar pujas en directo. Una muestra palpable de la evolución de esta sala de subastas con cerca de 30 años de trayectoria en Bilbao, de la mano de las nuevas tecnologías.
Lotes a subasta
Los lotes a subastar la próxima semana se componen de joyas antiguas y modernas, diamantes y piedras preciosas, relojes actuales, vintage y de colección, objetos de plata y colección y numismática. En concreto, en la sesión del miércoles día 28, a partir de las 17.00 horas saldrán a subasta del lote 1 al 436, compuestos de joyas variadas de diferentes épocas y estilos: vintage, antiguas y modernas con brillantes y diamantes. Es el caso de una sortija vintage en platino con un limpio y blanco diamante natural, talla brillante y orla calada de brillantitos, una pulsera rivière en oro blanco y brillantes, otra en oro blanco Cartier Juste un clou y un anillo solitario en oro blanco con un limpio y blanco diamante talla brillante moderna.
En la sesión del jueves 29, que comenzará también a las 17.00 horas, se procederá a subastar desde el lote 437 al 841, compuestos por joyas en plata vintage y modernas (collares de piedras finas y de perlas cultivadas, perlas australianas, diamantes y piedras preciosas sin montar) así como relojes de pulsera vintage y modernos de las firmas Jaeger-Lecoultre, Piaget, Breitling, Tag-Heuer, Oris, Omega, Schauer... y relojes de bolsillo. Completan los lotes estilográficas, numismática y colección (monedas de oro , plata y otros…), objetos vintage de plata y antigüedades, bronces, objetos vintage y de colección y pintura.
La venta directa de los lotes invendidos tendrá lugar hasta el viernes 8 de marzo, incluido.
Cuidada selección
La cuidada selección de las piezas es una de las principales señas de identidad de Sala Moyua de Brancas, que realiza cinco subastas regulares al año, normalmente en febrero, abril, junio, octubre y diciembre. A ellas se suman ocasionalmente otras extraordinarias cuando son requeridos por instituciones, empresas o particulares que desean realizar la venta de piezas, lotes o patrimonios ajustados a su especialización. “Ello nos permite seleccionar y presentar una cuidada selección de piezas con precios de salida muy interesantes. También realizamos una o dos subastas al año puramente on-line”, destaca Rafael Brancas, director de la Sala Moyua.
En este sentido, tras esta primera subasta del año 2024, el propio Rafael Brancas avanza la fecha estimada de la próxima (nº 139), fijada en principio para el 24 de abril, con admisión de piezas hasta el 25 de marzo. En esta ocasión estará protagonizada por joyas, relojes y objetos de arte y colección. “Solo piezas relevantes”, destaca.
Valoración permanente
La valoración de piezas es permanente a lo largo del año en Sala Moyua. “Se realiza al momento, pero es recomendable concertar una cita previa, especialmente si son numerosas piezas, como suele ser el caso de las herencias”, explica Rafael Brancas.
Si los propietarios prefieren optar por una solución más rápida, o si las piezas de oro, plata, etc. ya están muy pasadas de moda, Sala Moyua también ofrece la compra al contado de las mismas.
Un sólido referente en precios y tratamiento de las piezas clásicas
A día de hoy, Sala Moyua de Brancas es la única sala de subastas permanente que existe desde hace 27 años en el País Vasco y el norte de España. De hecho, la vinculación de la familia Brancas con la joyería y relojería es ya historia en Bilbao. Se remonta a 1907, cuando Rafael Von Brancas llegó a la villa, procedente de Alemania, y comenzó a importar las últimas novedades en relojes y equipamiento óptico para el uso y disfrute de la sociedad bilbaina.
Tal y como explica el actual director del negocio, “una pequeña óptica-relojería en la confluencia de Gran Vía con la Alameda de Mazarredo mostraba las últimas novedades europeas. Posteriormente su viuda presentaría las primeras perlas cultivadas japonesas a la capital bilbaina en la pequeña Joyería Amparo de la calle Astarloa, hasta que la elegante Joyería Relojería Berna de la plaza Moyua fue el primer concesionario de la prestigiosa firma relojera suiza Omega…” Estos fueron los primeros de una serie de establecimientos familiares hasta que en 1996 se inauguró la conocida sala de subastas de joyas, relojes y arte.
Sala Moyua ha realizado hasta la fecha 137 grandes subastas, y constituye un sólido referente tanto en los precios como en el tratamiento de piezas clásicas para compradores, anticuarios, joyeros y coleccionistas en España, y gracias a internet también internacionalmente.
Sus instalaciones, en el corazón comercial de Bilbao, donde se encuentran sus oficinas, disponen de una sala polivalente de exposiciones y subastas, equipamiento para el análisis de las piezas y las medidas de seguridad necesarias para realizar subastas de joyas, relojes y pequeños objetos de arte y colección.
A tenor de su experiencia y del panorama actual de evolución tecnológica, Rafael Brancas concibe el presente y el futuro de estas subastas íntimamente vinculado a internet, a las plataformas especializadas y a futuros desarrollos que probablemente incluyan aplicación de Inteligencia Artificial en la búsqueda y reconocimiento de piezas. A este respecto, “la web salamoyua.com es muy conocida por el público interesado y los especialistas y continúa desarrollándose para adaptarse a las nuevas tecnologías, sin renunciar a la tradición de la sala y el sonido del mazo de madera al adjudicar los lotes”, asegura el director de la Sala Moyua.
