La alcaldesa de Galdames, Raquel Larruskain, y la presidenta de la Fundación Museo Minero de Gallarta, Ameli Ortíz, rubricaron ayer miércoles en la cantina minera del parque cultural –renombrada en homenaje a Facundo Perezagua– el convenio por el que ambas partes unen sus esfuerzos para poner en valor la amalgama de datos y referencias históricas y patrimoniales relacionadas con el importante papel que jugó la pequeña localidad encartada en el desarrollo de la minería a esta orilla del Nervión. El convenio, de cuatro años de duración, abre la puerta a una interrelación directa entre los fondos patrimoniales del museo abantoarra con la memoria de este municipio encartado y sus proyectos para difundir su legado minero.

Cabe resaltar, por ejemplo, que la patrona del barrio trapagarandarra de La Arboleda, a la que acuden anualmente cientos de personas, se celebra en el exterior e interior de la cueva galdamesa de Urallaga o que uno de los restos más importantes de este pasado minero se encuentran en la zona de El Saúco donde aún permanece en pie –a duras penas– el edificio de oficinas que controlaba explotaciones mineras como la de La Elvira.

“Para nosotros es una gran satisfacción ver cómo municipios de nuestro entorno minero, no solo de Meatzaldea, valoran nuestro esfuerzo por recuperar, divulgar y sobre todo dignificar el esfuerzo de miles de personas que en condiciones deplorables, contribuyeron al desarrollo del territorio”, valoró la directora del Museo de la Minería del País Vasco, Haizea Uribelarrea, quien recordó que el municipio de Galdames, junto a lugares como Gallarta (Abanto-Zierbena) y La Arboleda (Trapagaran) fue uno de los lugares donde el franquismo levantó campos de presos que trabajaron en las minas de la zona.

“Con la firma de este convenio, el Museo de la Minería se brinda para que Galdames pueda disponer de nuestros fondos para promover el conocimiento de la importancia que tuvo la minería en esta localidad”, reseñó Uribelarrea. Minas como La Dificultosa, Gil Blas, Carmen, Rosario, José, La Recuperada, Encantada, Matilde, La Punta, Impensada, Rita y Adelaida, Berango, Dudosa, Escarpada, Tardía, La Buena, Justo, Pepita, Dolores, Princesa, San Juan, San Antonio o la más conocida, La Elvira, dan nombre y cuerpo a la historia minera del biotopo de los montes Triano y el alta de Galdames.