La variante viaria entre el polígono industrial de El Campillo, en Abanto-Zierbena, y el poblado minero de La Arboleda (Trapagaran), se ha convertido en una trampa mortal para decenas de cabezas de ganado y ejemplares de la fauna silvestre de la zona que deben lidiar con la falta de corredores cinegéticos para su desplazamientos. La ausencia de luz en el vial –que afecta a los animales y a los conductores, así como a los residentes de la zona alta que quieren aprovechar las aceras existentes ente los barrios– y la falta de sensibilidad de los automovilistas que no respetan los límites de velocidad del tramo han convertido este tramo de apenas dos kilómetros de recorrido en una zona de riesgo.

La variante, que entre otras virtudes, amén de procurar a los vecinos de barrios como La Barga o Triano una conexión alternativa a la virada BI-3755 que nace en el barrio trapagarandarra de La Escontrilla en dirección a Larreineta, facilita notablemente un acceso amable al campo de golf de Meatzaldea –inaugurado poco después de la construcción del acceso llevado a cabo por la Diputación Foral de Bizkaia– se ha convertido en una trampa mortal no solo para reses de aprovechamiento como vacas, caballos, burros, ovejas o cabras de los ganaderos de la zona, sino especialmente para especies silvestres.

“En los últimos años tenemos contabilizados más de 50 cadáveres de animales que han sido atropellados por conductores que utilizaban este vial. Más allá de que puedas haber un incumplimiento de los límites de velocidad –que conllevan aparejadas unas multas determinadas– lo cierto es que este tramo es una boca de lobo en la que los conductores se encuentran en gran parte de las situaciones con una animal que se cruza en su camino”, explicó el portavoz de la asociación de Ganaderos y Usuarios de los Montes de Triano, José Antonio Quintana, quien señaló que entre las víctimas de esta situación se encuentran diversos ejemplares de ganado pero ”también mucha fauna silvestre de la zona desde corzos, a jabalíes, tejones, garduñas o zorros sin contar con los reptiles. Todavía hace quince días retiré de la calzada el cadáver de un tejón”, denunciaba este abantoarra. “Gracias a Dios no ha ocurrido ninguna desgracia personal en estos incidentes, sobre todo con ganado mayor, pero el riesgo es evidente”, señalaba a DEIA el ganadero.

Iluminación

Uno de los aspectos que desde esta asociación gremial ha venido reiterando en los tres ayuntamientos concernidos con el trazado del vial BI-2757 es la necesidad de mejorar las condiciones de iluminación que registra actualmente la vía y cuyo remedo, estiman “no tiene que suponer un gran desembolso para las arcas públicas”. En este sentido, apunta a la existencia de las farolas alimentadas por luz solar que dan servicio a las paradas de Bizkaibus situadas a la entrada del barrio de Triano y del barrio de Fonso, cerca de La Barga.

“Entendemos que se necesita una gran obra de infraestructura de canalización de cable para suministrar energía a las farolas, sino de incrementar el número de luminarias alimentadas por energía solar. Está bien tener iluminados los parques aunque sea cuando no hay nadie, pero aquí se trata de una cuestión de seguridad de personas y animales”, expuso Quintana.