Tras una experiencia de más de 30 años en consultoría estratégica y dirección de proyectos tecnológicos. ¿Qué opina del boom reciente de la inteligencia artificial? ¿Ha venido para quedarse?

En Italia llaman ‘tormentone’ a la canción del verano, que arrasa y luego desaparece rápidamente. La inteligencia artificial generativa, o IAG, no va a ser así, sino más bien como el sirimiri, que sin casi darnos cuenta nos cala por completo. La IAG ha venido para quedarse y vamos a vivir un tiempo de maravillas y avances constantes en muchísimos campos. En adelante, cuando hable de IA me referiré únicamente a la IA Generativa.

Si la IA es capaz de leer, comprender, dibujar, redactar y, en general, crear y pensar como un ser humano; ¿existe algún riesgo o peligro de que pueda dañar a las personas?

Las IAs no piensan en el sentido humano. Los sistemas de IA generativa ‘crean’ contenidos como si fueran máquinas gigantescas de autocompletar frases o imágenes o canciones en razón de estrategias probabilísticas más o menos deterministas. Claro que los resultados que producen los chatbots como ChatGPT parecen humanos y de ahí la credibilidad que les asignamos. Hemos de concebir la IAG como una herramienta aliada y, sobre todo, una gran oportunidad para complementarnos.

¿Qué presencia tiene la IA en su vida diaria a nivel personal y profesional?

Utilizo la IA para todo lo que puedo; una herramienta me selecciona el correo que debo contestar, lo resume y me sugiere respuestas, otra me revisa la agenda y cuando encuentra una videoconferencia se apunta ella sola - como mi anotadora -, graba la reunión, la transcribe, la comenta y me pasa las tareas que me han encomendado, así como las del resto de los asistentes. Otra herramienta IA me filtra el sonido en las llamadas y videoconferencias, evitando que el ruido del ambiente en el que estoy situado llegue al destinatario de las llamadas, que tan sólo oye mi voz nítida, un agente personal toma notas y las clasifica automáticamente para que más tarde pueda encontrarlas por casi cualquier criterio, otro agente IA ofimático revisa mis documentos para encontrar incorrecciones o posibles relaciones con otros documentos anteriores. Y a esto sumo otra decena de pequeñas herramientas IA que me ayudan a diario.

Parecen demasiadas herramientas; ¿no existe alguna que lo pueda hacer todo para evitar estas complicaciones?

Esto es parecido a lo que ocurre en el ámbito de la cocina; no existe la sartén que sirva para todo en cualquier ocasión porque a veces necesitamos sartenes pequeñas y otras requerimos planchas onduladas, sartenes hondas con tapa para guisos largos, etc. Y lo mismo pasa con los utensilios de cocina. Así que hemos de contar con una batería de herramientas y elegir, en cada caso, la más adecuada para cada tarea. A este conjunto mínimo de herramientas, que mejoran la productividad y reducen costes, yo le denomino ‘Botiquín IA de primeros auxilios para empresas.’

¿Qué recomendaría para formarse y ponerse al día en el mundo de la IA?

El ritmo actual de la IA es demasiado rápido para ser atrapado en un libro, que quedaría obsoleto poco después de anunciarse y mucho antes de publicarse. Recomiendo la lectura de artículos técnicos y de divulgación inteligente. Aquellas personas que deseen introducirse en la IA generativa y sus productos, o deseen aumentar su productividad ofimática, les sugiero los cursos semi-presenciales para pequeños grupos que organiza BILBAO AI, en los que básicamente se les enseñará a aprender sobre las IAs y sus productos y herramientas. Para las empresas que necesiten desarrollar estrategias de acercamiento a las IAs generativas, les recomiendo nuestras actividades de consultoría IA, también en BILBAO AI.

¿Qué ocurre con las alucinaciones? ¿Restan credibilidad al uso empresarial de las IAs? ¿Cómo se sabe cuándo una respuesta es correcta o no?

Hay que distinguir y separar las ‘alucinaciones técnicas’ de las respuestas que parecen incorrectas pero que están derivadas directamente del sesgo en los datos de soporte y entrenamiento de las IAs. Una alucinación, por otro lado, es una respuesta de un algoritmo que no se desprende de sus datos de base o entrenamiento, y éste no es un problema fácil de resolver, aunque diferentes acciones combinadas pueden dar como resultado una reducción dramática de estas alucinaciones, especialmente en el entorno empresarial; rebajar la temperatura de la IA (o sea, el índice de determinismo o, al contrario, de creatividad), instruirla para que examine y valide sus pasos en la obtención de las respuestas, discriminar los resultados con otras IAs de dominio, y, por último, contrastar las respuestas con documentación específica de soporte, a esto se le denomina RAG. En BILBAO AI aplicamos estas técnicas en nuestros proyectos empresariales.

¿Cómo ve el futuro próximo de las IAs de cara al año que viene?

Estoy convencido de que 2024 será el año de los agentes personales IA. Tendremos un asistente personal IA en nuestros móviles que nos ayudará a llevar nuestra agenda, a guardar y recuperar documentos, a reservar restaurantes, a filtrar mensajes de correo y de redes sociales y a obtener información de empresas y productos. Disponer de un agente personal forzará, por otro lado, a las empresas a tener sus propios agentes IA de empresa, y así se creará un ecosistema de agentes que hablarán entre sí para nuestro beneficio. Las empresas también crearán agentes IA para empleados a fin de facilitar sus procesos de onboarding, aprendizaje y la automatización de sus procedimientos internos.