Tras unas jornadas en las que el ambiente político se ha enrarecido aún más en Gernika-Lumo, el grupo municipal del PNV de la localidad foral y el Bizkai Buru Batzar quisieron dar ayer miércoles su punto de vista sobre la situación en la que ha quedado el gobierno municipal, toda vez que las tensiones vividas entre Guztiontzako Herria (GH) –formación constituida por José María Gorroño para concurrir a las pasadas elecciones municipales– y el partido nacionalista vienen lastrando la gestión local. “Es alcalde legalmente elegido, pero que no cuenta con el respaldo ciudadano suficiente”, según expone la formación de Sabin Etxea, que insiste en que Gorroño “logró los votos necesarios” para su investidura (seis de su partido más otros cinco del PNV) “gracias a un pacto que ha incumplido simplemente por aferrarse al cargo”.

“Para un vasco o una vasca, la palabra dada es tan importante como cualquier acuerdo escrito y, a día de hoy, la de Gorroño no vale nada”, insisten los jeltzales, que apuntan a que el regidor gernikarra –que lleva 16 años al mando del Consistorio, aupándose en diferentes siglas– ha sido quien ha roto con el PNV. “El pasado miércoles, 4 de octubre, se produjo una triste escenificación en dos tiempos de la nula voluntad de GH de cumplir con sus compromisos”, tal y como recordaron. Por la mañana, “en rueda de prensa, quienes le acompañaron en su lista electoral teatralizaron el ruego dirigido a José María Gorroño para que continuara en el puesto que ocupa, faltando a su palabra”. Y ya por la tarde, en un pleno municipal que no estuvo exento de tensión, “este oficializó su intención de aferrarse al cargo. “Además, pretendió tapar las manifiestas falsedades dirigidas contra EAJ-PNV echando mano de un populismo repleto de descalificaciones hacia nuestras y nuestros concejales, a quienes tanto desde la junta municipal de EAJ-PNV en Gernika-Lumo como desde la ejecutiva territorial de EAJ-PNV en Bizkaia mostramos todo nuestro apoyo de manera pública”, aseveraron.

“A falta de argumentos”, según detallan los jeltzales en su escrito, Guztiontzako Herria venía a poner en duda de que el PNV aceptara que Iñaki Gorroño –que debía suplir a su hermano José Mari en un plazo de mes o mes y medio contando a partir del 17 de junio–, “lo que es rotundamente falso. EAJ-PNV manifestó desde el primer momento que correspondía a GH elegir, a través de sus procedimientos, a la persona que fuera a sustituir a José María Gorroño para, posteriormente, ser votado en el correspondiente pleno extraordinario con el apoyo de EAJ-PNV”. Eso abriría, a juicio de los jeltzales además, “las puertas a la consecución de un acuerdo de gobierno en base a los resultados de las últimas elecciones municipales, dando estabilidad a la institución para llevar adelante los proyectos estratégicos que Gernika-Lumo necesita ver convertidos en realidad”.

Palabra de vasco

En todo caso, parece que la cuerda está rota del todo. Y no lo estaría por parte del PNV, sino que estos aseguran que estaría cortada por parte de Gorroño, según aseguran desde el PNV. “Con la retirada del apoyo de EAJ-PNV, José María Gorroño es un alcalde legalmente elegido pero que no cuenta con el respaldo ciudadano suficiente”, abundan sobre la situación abierta. Es más, lamentan que “ha incumplido” la palabra “simplemente por aferrarse al cargo”. Y “para un vasco o una vasca, la palabra dada es tan importante como cualquier acuerdo escrito y, a día de hoy, la de Gorroño no vale”.

Los antecedentes

Elecciones municipales. El resultado arrojado por las últimas elecciones municipales de mayo fue ciertamente ajustado en Gernika-Lumo. EH Bildu –ganador por votos– logro seis concejales, otros tantos consiguió Guziontzako Herria (GH), y el PNV se quedó con cinco ediles. Un resultado ajustadísimo que aboca a alcanzar acuerdos.

Pacto de investidura. Guztiontzako Herria y PNV alcanzaron un acuerdo para investir a José María Gorroño a última hora, previa condición que dejara su puesto a otro responsable de GH. Este aseguró que cedería su puesto a su hermano Iñaki en un plazo determinado. Pasados ya tres meses de esa declaración en el pleno, Gorroño se aferra al asiento y aún no ha abandonado el cargo.