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Cierra Samaitz, la tienda de chuches de toda la vida de Gernika

Maite Jauregui y su hijo, Andoni Ayarza, bajan la persiana tras ochenta años vendiendo dulces a diferentes generaciones

Cierra Samaitz, la tienda de chuches de toda la vida de GernikaBorja Guerrero

“¿Compramos unas pipas y vamos a pasar la tarde en los bancos del pasileku?, ¿Una bolsa de caramelos?, ¿Algunos paquetes de patatas?, ¿Unos helados para poder aguantar el calor?”. A lo largo de ocho décadas, generaciones y generaciones de gernikarras han entrado en innumerables ocasiones en la tienda de chuches Samaitz de Gernika. Este viernes 29 de septiembre será el último día de un negocio de toda la vida que ha endulzado a miles de personas.

La emblemática tienda de golosinas, ubicada en la calle Juan Calzada, cierra sus puertas definitivamente. Con mucha pena, Maite Jauregui, que, junto a su hijo Andoni Ayarza, regenta el establecimiento asegura que ha pasado toda su vida trabajando en un negocio familiar que le ha dado muchas satisfacciones. "Toda mi vida he estado ligada a los caramelos”, lanza con una voz entrecortada que muestra la pena que le genera cerrar el comercio familiar: “Mi abuela era conocida como Pepa la caramelera”, comenta Maite con tono de orgullo. A Maite le ha costado tomar la decisión. Fue su marido quien le animó a que tomase la decisión, sin embargo, no ha sido fácil poner fin a toda una vida endulzando a los vecinos y vecinas de Gernika. De hecho, Maite asegura que ha llorado pensando en el momento definitivo en el que bajen la persiana de un establecimiento con 80 años de historia y referente en Gernika. “Planteé mantenerlo abierto hasta enero, pero fue mi marido quien me insistió que necesitábamos cerrarlo y descansar. Tiene razón. Han sido muchos años de trabajo y sin apenas descansar. Hay que abrir todos los días, fines de semana incluidos y festivos ”, argumenta la dueña de la tienda.

Los hijos de Maite, –la cuarta generación– del negocio familiar de Gernika no continuará con la tienda. Según explica Maite, uno de ellos trabaja fuera del pueblo y, el otro hijo, quien ha ayudado a su madre en la tienda ha tomado la decisión de retomar los estudios doce años después.

Abuela de Maite

Fue la abuela de Maite, Pepa, quien puso en marcha la tienda de golosinas en el año 1943. Desde los más pequeños hasta los más mayores han pasado al menos una vez por Samaitz por la tienda de chuches del pueblo vizcaino. Este local de venta de golosinas y dulces ha sido, sin duda, un punto de reunión para personas de todas las edades y ha sido el lugar en el que Maite ha crecido. "Conozco a todo el pueblo. Por esta tienda ha pasado muchísima gente", puntualiza Jauregui.

Paralelamente regenta junto a su hijo una librería, ubicada a escasos metros de la tienda de golosinas. Con el cierre, Maite asegura que ganará tiempo y calidad de vida. “No se que voy a hacer cuando tenga quince días de vacaciones, nunca he tenido tanto tiempo libre entre ambos negocios”, explica Maite con cierta incertidumbre. Con el inicio de octubre, los fines de semana se desbloquearán en su agenda. “Quiero tener los fines de semana disponibles para poder vivir la vida un poco más”, añadió.

Cierre con el pueblo

De cara al cierre definitivo del tradicional negocio familiar de este viernes a la noche, el proceso de vaciar la tienda y de atender a los últimos clientes provoca sentimientos encontrados en Maite y su familia. Por un lado, les genera una gran pena la clausura del negocio familiar y por otro lado ven el inicio de una nueva vida que disfrutarán al máximo. Para conmemorar la trayectoria familiar en Samaitz, este sábado realizará un pequeño llamamiento a las familias del pueblo para que se acerquen al negocio y puedan obtener un último recuerdo de la tienda de golosinas que tantos años ha acompañado a vecinas y vecinos de la localidad vizcaina.