CADA 25 de julio, Portugalete vive una jornada tremendamente especial en la que el folklore es el gran protagonista con motivo de la jornada de clausura del Festival Internacional de Folklore que Elai Alai lleva medio siglo organizando. Ayer martes no fue excepción y desde primera hora de la mañana se vivió con toda la intensidad la última jornada de esta cita que es todo un clásico del calendario cultural ya no sólo de la noble villa jarrillera, sino también del vizcaino y vasco.

La primera de las actividades de la programación estaba llena de sentimiento y significado y es que, cada año, Munduko Sustraiak simboliza, por un lado, la divulgación y el fomento de la cultura vasca y, por el otro, la unión entre culturas que, cada año, genera el Festival Internacional de Folklore de Portugalete y todo ello se visibiliza aportando tierra de los seis países participantes en cada edición a un retoño del Árbol de Gernika. Así las cosas, pasadas las 11.30 horas, los integrantes de los seis grupos que han tomado parte en esta edición del festival, se reunieron en torno al retoño del Árbol de Gernika, que está ubicado en el entorno de la portugaluja Torre Salazar. Allí, por una parte, los grupos llegados desde México, Colombia, Rumanía, Indonesia y Uganda conocerían de primera mano el simbolismo que este roble tiene para el pueblo vizcaino y, por extensión, para todos los vascos y vascas como garante de los derechos del pueblo vasco. “Queremos agradeceros no sólo vuestra presencia en el Festival Internacional de Folklore de Portugalete, sino vuestro compromiso que cada uno de vosotros ha adquirido con la cultura de sus países para mostrarla por todo el mundo. Este árbol es un retoño del Árbol de Gernika, símbolo de Bizkaia, de los vascos y de sus libertades y queremos que con la tierra de vuestros países forméis también parte de nuestra historia”, indicó Iratxe Santacoloma, directora del festival. “Hay que agradeceros lo bien que nos lo habéis hecho pasar durante estos días con el mejor folklore de vuestros lugares. Cada mes de julio es muy especial en nuestra villa por la presencia de los distintos grupos que visitan este festival. Ojalá os llevéis un gran recuerdo de nuestra villa y nos podamos volver a ver aquí, en Portugalete”, indicó Mikel Torres, alcalde de la noble villa jarrillera.

Los grupos de los seis países participantes en el festival se unieron en los actos que sirvieron para poner el broche de oro a la 48ª edición de la cita M. A. PARDO

Tras verbalizarse el agradecimiento de toda la villa de Portugalete por el espectáculo ofrecido estos días, los seis grupos participantes fueron acercándose uno por uno al árbol para depositar la tierra que trajeron desde sus países. Cada uno de ellos lo hizo, a la vez, mostrando parte de su folkore, como no podía ser de otra manera. Los primeros en hacerlo fueron los integrantes del grupo colombiano, quienes vertieron la tierra en el árbol al son de la canción Colombia tierra querida, mientras que los grupos rumano, indonesio y ugandés también dieron muestras de lo que es su cultura en el momento de depositar la tierra que alimentará al retoño del roble.

Los grupos de los seis países participantes en el festival se unieron en los actos que sirvieron para poner el broche de oro a la 48ª edición de la cita M. A. PARDO

Por su parte, el grupo mexicano quiso interpretar en este simbólico momento una canción archiconocida también en este lado del charco como es la mítica Canta y no llores. Para poner el punto y final a este acto que, por suerte respetó la lluvia, fueron los integrantes de Elai Elai quienes sumaron la tierra portugaluja para alimentar este árbol justo antes de que todos los grupos se hiciesen una foto de familia para inmortalizar todos estos días de folklore, convivencia e intercambio cultural.

MUNDUKO DANTZAK

El acto celebrado ayer martes a mediodía fue el aperitivo de la gran traca final de este Festival Internacional de Folklore de Portugalete. Anoche, desde las 21.30 horas, tuvo lugar Munduko Dantzak, un evento que cada año lleva el folklore hasta una de las arterias principales de la noble villa jarrillera como es la Avenida Carlos VII. Allí se instalaron varios escenarios por los que fueron rotando los grupos participantes a lo largo de hora y media, llenando de color y ritmo la noche portugaluja. El público de la noble villa portugaluja, como ya es costumbre, no falló a su cita y abarrotó la Avenida Carlos VII.

Eso es un claro ejemplo de la intensidad con la que Portugalete vive el folklore y gran parte de ello es gracias a la ardua labor que lleva haciendo desde el año 1972 Elai Alai Elkartea, entidad organizadora de este festival que no sólo pone a Portugalete en el mapa, sino que hace que los jarrilleros se mezclen cada mes de julio con cinco culturas diferentes con la riqueza que eso aporta a la mente, al alma y, también, al intelecto.