SEA creyente o no, sin lugar a dudas el día de El Carmen es el más especial para los y las santurtziarras. Hay quienes encuentran en cada 16 de julio connotaciones religiosas, sí, pero, sobre todo, más allá de las creencias de cada uno, lo que se vive en Santurtzi en jornadas como las de ayer es la exposición de la identidad de un pueblo. De su tradición. De su alma marinera. De su espíritu resiliente y trabajador que se ha sobrepuesto a las adversidades una y otra vez. La centenaria procesión de la Virgen del Carmen es el escenario ideal para mostrar lo más puro que vive y siente Santurtzi y eso, por más que pasen los años y la sociedad cambie, se mantiene inalterable. El momento cumbre de la emoción que se vivió ayer en la localidad marinera en su día grande llegó sobre las 18.00 horas. En ese instante, acompañada de los ritmos de la Banda de Santurtzi, la imagen de la Virgen del Carmen salió de la iglesia de San Jorge desatando una macedonia de sonidos. El de las notas de la banda, el del repicar de las campanas y el de los aplausos de las miles de personas que aguardaban ese momento. Es un instante mágico y cargado de simbolismo, porque en él se concentran vivencias acumuladas durante toda una vida.

Durante más de cien años los y las santurtziarras han ido alimentando esta procesión marítima y, viceversa, la procesión ha ido alimentando el alma y el espíritu del pueblo de Santurtzi. Un pueblo que, ayer, al fin, cuatro años después, pudo volver a disfrutar de una procesión como las de antes.

La maldita pandemia obligó a suspender las de 2020 y 2021 y la del año pasado estuvo completamente condicionada por el extremo calor, circunstancia que restó mucha asistencia a la cita. Ayer, con el mismo guion de siempre, con el mismo sentimiento de siempre, se pudo disfrutar del acto más multitudinario de las fiestas de Santurtzi.

La comitiva fue avanzando desde la iglesia de San Jorge hacia el entorno del parque central y, allí, el dantzari santurtziarra Lander Campos hizo el aurresku de honor a la virgen. Un momento en el que el silencio se apoderó del ambiente para, una vez finalizado el último de los bailes, romperse ese silencio por unos merecidísimos aplausos para acto seguido, la comitiva seguir completando el camino hacia el puerto donde comenzaría la procesión marítima de la Virgen del Carmen. La imagen fue embarcada en el Karmengo Amabirjina, mientras que un centenar de embarcaciones más formaron parte de la comitiva que se adentró en el mar para seguir con la procesión.

La Virgen del Carmen salió de la iglesia de San Jorge. | FOTO: OSKAR GONZÁLEZ

En uno de esos barcos viajaban las autoridades. Ayer no se perdieron su cita con la procesión la consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi; el presidente del EBB, Andoni Ortuzar; la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa; la alcaldesa de Sestao, Ainhoa Basabe; Txema Ezkerra, Bea Fanjul y Esther Martínez y la nueva alcaldesa de Santurtzi, Karmele Tubilla. Para ella, como santurtziarra, el día de El Carmen es tremendamente especial, pero, además en su caso, celebra su cumpleaños. “Estoy viviendo este día muy emocionada. Es una mezcla de muchos sentimientos y emociones. Me estoy acordando mucho de mi aita, que siempre venía a la procesión y ya no está y, también, de los momentos que he vivido bailando en el zugaitza”, dijo Karmele Tubilla. La consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi, también destacó la devoción que se vive entorno a la Virgen de El Carmen. “Es impresionante cómo vive la gente aquí en Santurtzi este día. Es la segunda vez que vengo y me encanta, yo también soy de un pueblo de costa, devoto de la Virgen del Carmen”.

Ofrenda floral

Uno de los instantes más emotivos fue el homenaje y la ofrenda floral que se realizó en honor de quienes ya no están. En especial, en recuerdo a todos aquellos que se dejaron la vida en la mar. Porque el inmenso manto azul ha dado muchas alegrías a Santurtzi, ha sido y es, en parte, su sustento y su identidad, pero también ha traído enormes tristezas. Desde la pantalla ubicada junto a las instalaciones del Club de Remo Itsasoko Ama, quienes se quedaron tierra adentro, pudieron presenciar dicho homenaje y sumarse al mismo. Una vez se realizó la ofrenda floral, la comitiva de la procesión marítima deshizo el camino realizado para volver al puerto de Santurtzi. Allí, un gentío esperaba la vuelta de la virgen tierra adentro ofreciendo una imagen digna de postal y que refleja a la perfección lo que vive Santurtzi cada 16 de julio. El Karmengo Amabirjina atracó en el puerto y la imagen fue porteada por la rampa para volver a tierra firme.

La actividad en Santurtzi comenzó a las 8.00 horas con el tradicional Rosario de la Aurora y el parque central acogió la Feria Agrícola del municipio. A mediodía, la iglesia de San Jorge acogió la misa mayor y desde las 13.00 horas la kalejira Santurtzi Kantari. La parada para comer en familia y cuadrilla fue el aperitivo ideal a la procesión y, tras el acto más multitudinario de las fiestas, continuó el ritmo festivo en Santurtzi de la mano de los fuegos artificiales que se celebraron desde las 22.30 horas y la voz de Luz Casal puso la guinda a un día inolvidable y lleno de sentimiento en Santurtzi.