Sus fotografías y capturas de vídeo con la camiseta de la Cultural de Durango corriendo todas las mañanas los encierros de Iruñea se han hecho virales. A sus 22 años, el durangarra Ander Gallastegui ha vivido la semana más emocionante de su vida. Un subidón de adrenalina indescriptible lo que supone vivir desde dentro los ocho encierros. “Corro con la camiseta de la Cultural para transmitir el orgullo que siento de ser durangarra. Cuando te pones delante de los toros realmente no sientes nada, es el después. Toda la adrenalina acumulada, ese malestar, esos nervios previos al encierro se pasan cuando terminas haciendo una buena carrera y lo celebras como si hubieras marcado un gol”, reconoce el joven durangarra.

Su estreno en Iruñea se produjo el 12 de julio del año pasado. Aquella primera experiencia se le quedará grabada para siempre. Miedo, presión, inseguridad, incertidumbre es lo que sintió en cada uno de los pasos previos al encierro. “Es cuando más miedo he pasado, estaba acojonado perdido. Recuerdo que pasé la curva de Mercaderes y me preguntaba qué es lo que hacía yo allí, con lo bien que estaba en Durango viéndolo por la tele”, rememora sobre esa primera carrera a la que le siguieron dos más el verano pasado.

En esta recién finalizada edición de Sanfermines, Ander y el ritual para cada uno de ellos se repite todas las mañanas. En este sentido, cumple a rajatabla con sus rutinas y manías antes del comienzo de cada jornada. “Me gusta entrar siempre por la entrada del ayuntamiento y tocar el poste derecho, en la cuesta de Santo Domingo me pongo con la cuadrilla de vascos que venimos al encierro, no suelo escuchar los cánticos, a menos diez siempre me voy, beso mis tres pulseras que tengo, la imagen de mi abuelo y a correr”, relata de carrerilla su ritual.

Otra cosa que siempre hace al término de cada encierro es llamar a sus padres. Y es que Ander es consciente de la angustia que pasan en casa cada vez que se pone delante de los toros. “Cuando les digo que está todo bien, ellos ven el encierro porque nunca lo ven en directo. Después les suelo mandar alguna foto y me dicen que siga así de prudente”, asegura.

Su relación con los toros va más allá de participar en los Sanfermines ya que Ander lleva un año trabajando de mayoral en una ganadería de ganado bravo en el municipio navarro de Funes. En este sentido, disfruta de sus jornadas laborales alimentando a los animales y realizando trabajos de mantenimiento en la finca. “Ahora coincidiendo con la llegada de las fiestas en pueblos pequeños de la Ribera organizamos sueltas de vaquillas tanto en las calles como en las plazas de toros. También suelo participar de recortador en algunas de ellas”, repasa sobre su día a día laboral a la vez que añade que “soy feliz; puedo decir que vivo de lo que me gusta”.

Lateral derecho

En lo que a la preparación se refiere, este año Ander ha llegado físicamente muy fuerte a los encierros. Y es que el hecho de ser el lateral derecho del club deportivo Huracán de Allo le han ayudado a mantenerse en forma y lograr el ascenso a la preferente de Nafarroa con su equipo. A la hora del encierro “siempre empiezo a correr en el tramo de la mitad de Estafeta y hasta lo que me dé. El miércoles por ejemplo pude llegar hasta la plaza con los toros, pero no es lo habitual. Tienes que ser un portento físico y que te acompañe la suerte durante el recorrido para conseguirlo. Normalmente, llego como mucho hasta Telefónica”, afirma con la intención de poder seguir participando en más ediciones de los Sanfermines.

Aunque ahora reside en Funes, Ander no se olvida de su Durango natal y celebra que, además de las Zezenak dira, donde es un fijo todas las jornadas, los Sanfaustos volverán a contar con la plaza de toros. “Es una alegría para los aficionados de Durango que después del año pasado sin plaza se recupere y seguro que disfrutamos”, zanja.