La tradición manda en Urkiola. Como cada 13 de junio, miles de personas se han acercado al santuario a rendir culto a San Antonio de Padua, patrón del templo junto a San Antón Abad. Con temperaturas que rondaban los veinte grados, la lluvia ha hecho acto de presencia en algún momento puntual de la mañana, pero no ha sido impedimento para que el ambiente haya sido muy bueno desde primera hora con la llegada de los más madrugadores. “He subido temprano para dar una vuelta por los diferentes puestos y poder hacerlo tranquilamente sin el agobio de la gente. Me ha dado tiempo a comer un talo y ahora voy a terminar en misa”, explica el iurretarra José Cerezo, mientras paseaba por el mercado agrícola.

Un año más, uno de los grandes atractivos de la jornada ha vuelto a ser el mercado agrícola con una treintena de productores. Desde Orozko llegaba Eneko Serrano con su rico queso. Tras debutar en febrero en la feria de San Blas, a sus 28 años lo hacía este martes en San Antonio. “Llevamos tres años con la quesería, es vocacional y hay que luchar por lo que a uno le gusta. Para dedicarte a esto te tiene que gustar mucho y es lo que me pasa”, asegura orgulloso de su dedicación profesional.

Del más joven a una de las veteranas

La zornotzarra Cristina lleva casi cuarenta años participando en la feria abadiñarra con el propósito de dar a conocer sus dulces y endulzar así los paladares de los asistentes. En este sentido, reconoce que las ventas han bajado notoriamente con el paso de los años. “Antes vendíamos muchísimo más, pero aquí seguimos con ganas de dar a conocer nuestros pasteles. El hecho de que caiga entre semana también influye en la asistencia de la gente, aunque parece que hay bastante ambiente”, valora satisfecha con la respuesta del público.

Por otro lado, la feria ganadera también ha reunido a numeroso público deseoso de presenciar en torno a 150 cabezas de ganado, fundamentalmente bovino y caballar. A su cita anual no falla el abadiñarra Jacinto Iturriagaetxebarria, que acude con media docena de vacas charolesas que cuida y mima en el caserío Gaztelubeitia de Gaztelua. “Llevo toda la vida con las vacas. La mujer me dice que las quite, pero yo las tengo de capricho”, asegura encantado con sus animales el baserritarra.

Un año más, el tximistarri, la gran roca enclavada frente al templo, volve a entretener a buena parte de los asistentes. No en vano, son muchos los que aprovechan su paso por Urkiola para encomendarle a San Antonio que les encuentre pareja o que les conceda un deseo. Según manda la tradición, las siete vueltas en el sentido de las agujas del reloj ayudan a que los deseos se cumplan, sobre todo los que tienen que ver con la misión de encontrar pareja. Otros decidieron hacerlo a su manera y con diferentes propósitos. “Estoy dando las vueltas al revés para ver si me divorcio”, explica entre risas la vitoriana Tere, en compañía de sus amigos.

Tampoco quisieron marchase sin dar las siete vuelvas correspondientes al tximistarri Garbiñe, Maite y Susana. Llegadas desde Sopelana en autobús, acuden todos los años a disfrutar de la jornada en Urkiola. “Amor nos sobra; pedimos salud, dinero y felicidad. Ahora vamos a misa y después a comer todas juntas”, anuncian contentas su plan, mientras completaban entre risas las vueltas a la roca.

Domingo, más actos

Arrancará a las 12.00 horas, con la misa mayor en la que intervendrá la coral de Leioa. Además, durante toda la mañana habrá feria de productos agrícolas. A partir de las 12.45 horas, habrá una exhibición de deporte rural con Hodei Ezpeleta y Eneko Otaño, Karmele Gisasola, Nerea Egurrola y Karlos Aretxabaleta.