Comparten piso o se cambian a otro peor, aceptan trabajos muy precarios, escatiman en alimentación y energía y se endeudan al pedir ayuda económica prestada o no poder afrontar el pago de los recibos del alquiler. Estas "estrategias de supervivencia", a las que se han visto abocadas por la inflación y la carestía de la vivienda, ha "empeorado la situación" de las más de 11.900 personas atendidas por Cáritas Bizkaia en 2022.

Carlos Bargos, director de Cáritas Bizkaia, que ha comparecido este martes en Bilbao para presentar la memoria de la entidad, ha subrayado las dificultades que tienen las personas más vulnerables, ya castigadas tras la pandemia, para salir "de esa telaraña de problemas" que se han ido sucediendo y en la que se han visto atrapadas. "Por muchas aportaciones y respuestas que podamos dar desde Cáritas y otras organizaciones, las condiciones de vida de esas familias son muy complejas para salir de esa espiral de exclusión. La acumulación de crisis encadenadas hace que las personas no tengan posibilidades de salir adelante", ha explicado.

Asimismo, ha subrayado que "las crisis generan con muchísima rapidez situaciones de vulnerabilidad y exclusión, pero su capacidad de volver a la normalidad es muy lenta. Cualquier tipo de mejora que podamos apreciar tarda mucho en llegar a los colectivos más desfavorecidos o incluso no llega", ha subrayado.

"La acumulación de crisis encadenadas hace que las personas no tengan posibilidades de salir adelante"

Carlos Burgos - Director de Cáritas Bizkaia

"La tormenta perfecta"

La responsable del Observatorio Social de la entidad, Ana Sofi Telletxea, ha incidido en que tras la sucesión de crisis, "la inflación y el precio de la vivienda han generado la tormenta perfecta para estas familias. Sin capacidad de haber recuperado ingresos, la carestía de la vida y el precio de la vivienda han hecho que sea insostenible".

Para hacer frente a esta situación, ha expuesto, las familias "han ido tomando estrategias de supervivencia que lo que hacen es que la tela de araña en la que están atrapadas se haya agravado". De hecho, ha añadido, son estas medidas a las que se agarran para subsistir "las que dejan a final de 2022 no más personas, pero a las que estaban en peor situación".

Mujeres con menores

Mujeres con hijos e hijas a su cargo, menores y jóvenes y personas migrantes dibujan el perfil de los usuarios de Cáritas en 2022. En concreto, de las 11.900 personas atendidas, 5.413 pertenecían a familias con menores y, de estas, "la mitad son familias monoparentales, principalmente encabezadas por mujeres».

En el caso del acompañamiento de la infancia y la juventud, Cáritas Bizkaia incide en la "prevención de la transmisión de la pobreza y la exclusión social" de estas personas, habiendo atendido el año pasado a 2.400 menores y 819 jóvenes.

La mayor parte de las personas acompañadas, un 57%, fueron autóctonas y migrantes en situación regularizada.