La Maskarada de Lamiako empezó a embrujar el barrio en 1979. La maldición del coronavirus, en 2020 y 2021, impide que ahora –en el último viernes de mayo por supuesto, celebre su edición 45–. No será, por tanto, un número tan redondo, pero sí son muchas las canas que peina este espectáculo que está más joven que nunca. “Tenemos mucha gente nueva, de hecho, viene más gente para participar que personajes hay para representar, lo cual a veces es difícil de gestionar en el grupo, pero es importante en el sentido de que hay un relevo generacional fuerte que mantendrá esta tradición viva”, celebra Arkaitz Correa, al frente de la organización junto a Arene Albizu.

El personaje de Ieltxu.

La Maskarada es la representación de la identidad del barrio leioaztarra y eso ha calado. Hasta dentro. Por eso, las emociones, las ganas, el trabajo y la generosidad se vestirán de tradición: de Mari, Sugaar, Basajaun, Inguma, Aker… Y claro, algunos necesitan retoques, una puesta a punto mitológica. “Como siempre, hemos renovado algunos trajes, entre ellos Ieltsu (el pájaro de fuego que enciende la hoguera), alguna lamia y por primera vez hemos hecho trajes para los cabezudos”, indica Arkaitz. Todos lucirán estupendos el viernes, acompañados por todos los vecinos de Lamiako, que arropan y miman esta representación basada en la obra El canto de la Lamia, de Antonio Trueba. Según esta historia, Prudentzia, una joven que vivía en el monte Berriz, tuvo la desgracia de que su marido Martín se cayó de un castaño y murió. Al cabo de dos meses, nació su hijo: Inaxio. Con sacrificio, le sacó adelante e intentó que siguiera la tradición de sus padres: trabajar la tierra. Pero cuando Inaxio tuvo edad de hacerse cargo de las heredades, las rechazó, vendió el caserío y se hizo a la mar, su gran ilusión. Prudentzia se quedó triste al pie del castaño donde yacía Martín, mirando al horizonte, hasta que desapareció la nave de su hijo. Una tarde, en el pináculo de Berriz, divisó una vela blanca que llegó a las junqueras de Ondiz y pensó que Inaxio regresaba. Pero no. Como pudo, intentó llegar a su casa pero murió en las junqueras. En aquel momento se escuchó el canto de las lamias y se dice que Pruden-tzia se convirtió en una de ellas.

Esta leyenda se representa en la tercera parte de la Maskarada (22.30 horas), en la que se puede ver también un espectacular akelarre. “Debido a las normativas de seguridad vigentes, tenemos cambios logísticos en esta parte, para que haya dos salidas de evacuación”, apunta Arkaitz. La magia seguirá siendo inquebrantable invadiendo todo el espacio.

El primer acto arranca a las 17.30 horas, con un recorrido por el barrio con los vecinos, desde la rotonda de El Soplador. La fanfarria, el cuerno los gigantes y una cadeneta encabezada por el personaje mitológico Maiatza va por el pueblo anunciando el comienzo de la Maskarada a los sones de la lamiadantza. Media hora después, empieza la segunda parte, con la presentación de los personajes.