La decimosexta edición de la marcha de los molinos de Zeanuri será, sin duda, especial tanto para los organizadores como para muchos vecinos y asistentes a un evento que pone en valor y da a conocer este rico patrimonio histórico y cultural de la localidad. En esta ocasión, la cita servirá para rendir un más que merecido reconocimiento y homenaje a la figura de Fermín Pujana, fallecido en 2022. Su padre, Benigno, adquirió en 1945 en propiedad el molino de Olabarri, una infraestructura que ya estaba siendo explotada por su familia en régimen de alquiler desde 1898. Tras la muerte de Benigno, considerado el último molinero profesional de Zeanuri, en 1995, su hijo quiso mantener vivo su legado y comenzó a restaurar y rehabilitar tanto el edificio como las piezas de todos los equipamientos y maquinarias. En 2001 pudo, por fin, ser reinaugurado y “desde que en el año 2006 las asociaciones Joko Alai e Ipizki comenzaron a organizar la Marcha de los Molinos de Zeanuri, Fermín siempre se mostró dispuesto a colaborar y a mostrar el molino ese día ”, según destacan desde la organización.

El acto de recuerdo y agradecimiento será el próximo domingo, 7 de mayo, a las 9.00 horas en la plaza del pueblo, justo antes de la salida de la marcha popular y para agradecer públicamente a Fermín Pujana “su colaboración y participación en todas las ediciones, abriendo las puertas del molino de Olabarri”, precisan.

18 kilómetros

Tras ese sencillo acto, los participantes iniciarán un itinerario de 18 kilómetros de distancia, que transcurre junto a nueve de los 18 molinos que llegó a tener Zeanuri en funcionamiento. En el primer kilómetro los participantes pasarán junto a los molinos de Alcibar y Errotabarri. Este último, situado en la Cofradía de Otzerinmendi, fue construido en 1785, estuvo en funcionamiento hasta 1975 con Andrés Aldekoa como último molinero y en 2015 fue totalmente rehabilitado por la familia Manterola. Gracias a ello, “es el primero de los tres que se pueden visitar durante el recorrido”. La ruta continúa, después, bordeando el embalse de Undurraga por su margen izquierda para llegar hasta el molino Barrengoerrota, ubicado al borde del arroyo Beretxikorta. De aquí, el recorrido asciende hacia el caserío Agarre, para descender hacia la barriada de Undurraga y dirigirse al molino de Ibargutxi, también totalmente rehabilitado “y donde aquellos que lo deseen tendrán la oportunidad de acceder a su interior para contemplarlo en funcionamiento”. Desde Ibargutxi se camina hacia el molino de Lanbreabe para volver hacia el embalse de Undurraga y bordearlo por la margen opuesta. Frente a la presa estará el punto de avituallamiento. Tras reponer fuerzas, los participantes se adentrarán primero en la barriada de Otzerinmendi y después en la de Uribe, donde pasarán junto a los molinos de Intxaurbe, Axpe y Zulaibar. Ya en el último kilómetro del recorrido, llegarán al molino de Olabarri, que estará, una vez más, disponible para ser visitado.

Las inscripciones se tienen que realizar, desde media hora antes de la salida, en la plaza de Zeanuri, frente al Ayuntamiento. El precio por asistir ha quedado fijado en seis euros para los adultos –que se reduce a cuatro euros en caso de ser socio de Joko Alai– mientras que para los menores de 14 años es gratis.

Patrimonio

Desde 2006. A finales del siglo XIX, la localidad arratiana de Zeanuri tenía 18 molinos y seis ferrerías. Desde 2006, la localidad pone en valor ese rico patrimonio cultural a través de la Marcha de los Molinos.

Visitas a tres. La XVI edición del evento tendrá lugar el próximo domingo, 7 de mayo, con un recorrido de 18 kilómetros que comenzará a las 9.00 horas y pasará por nueve molinos, tres de ellos se podrán visitar.

Emotivo recuerdo. La cita servirá, además, de recuerdo a Fermín Pujana, fallecido en 2022, que rehabilitó el molino de Olabarri y colaboró con este evento.