“Ante el descubrimiento que ha supuesto la enorme riqueza de biodiversidad de la isla de Garraitz en Lekeitio”, entre la que destacan las aves marinas que anidan en sus acantilados, la asociación cultural Atabaka ha presentado en el Ayuntamiento de Lekeitio una solicitud formal para declarar la isla como reserva natural. Fuentes del colectivo han asegurado que este sería “un primer paso” para asegurar la protección del islote, de 6,6 hectáreas de extensión total, que sufre a su juicio “las consecuencias de un mal uso especialmente en fechas más sensibles por el anidamiento de ciertas aves como el Falco peregrinus – Halcón peregrino– y otras especies migratorias”.
Garraitz ya fue calificado en 2019 como parque arqueológico por parte del Gobierno vasco, lo que le permitió dar nuevos pasos en cuanto a la protección de sus yacimientos arqueológicos. De hecho, en la isla visitable en marea baja –unida a la playa de Isuntza por el malecón– confluyen yacimientos que van desde la Edad Media al periodo moderno, entre los siglos XIV al XIX. Y entonces se aseguró que no se podía descartar que en un futuro se hallen restos de la época romana, como los encontrados en las inmediaciones el casco histórico de Lekeitio. De hecho, durante las épocas estivales la sociedad de ciencias Aranzadi suele realizar campañas arqueológicas en el islote, labores que suele llevar a cabo gracias a voluntarios. En este caso, la petición de Atabaka busca proteger la biodiversidad animal presente en la zona, a la que tildan de “un espacio que entre todos tenemos que preservar, tanto las instituciones como la ciudadanía”.
Miembros de la asociación en defensa del patrimonio lekeitiarra explicaron en el pleno municipal los motivos de su petición. “La isla es cada vez más visitada por personas interesadas en el parque arqueológico y su singular paisaje”, aseguraron. Y calificaron esta actividad de “saludable”, pero incidieron en que se debe “preservar la isla de las consecuencias de un mal uso especialmente en fechas más sensibles por el anidamiento de ciertas aves como el Falco peregrinus –halcón peregrino– y otras especies migratorias”. “Tratamos de regular el acceso de perros, uso de drones y acceso de personas a zonas sensibles”, tal y como afirmaron.
En un principio, el Ayuntamiento de Lekeitio estudiará cuales son los efectos que podría conllevar el nombramiento, los tiempos que serían necesarios y las fórmulas más idóneas para llevar a cabo la designación de Garraitz como reserva natural. “Nos ha respondido que deben analizarlo en profundidad. Es lógico, solamente esperamos que no se demore demasiado”, apuntaron desde Atabaka. “Hay muchas cosas que habría que valorar en el caso de que Garraitz sea nombrada como reserva natural, como pueden ser las prohibiciones que habría que establecer o los límites que habría que fijar”, aseguraron fuentes municipales.
Abrir un debate
“Es un debate que habría que abrir a la ciudadanía lekeitiarra y a otras agentes e instituciones públicas que entran en juego, como pueden ser los usuarios del puerta, la Cofradía de pescadores, la Diputación Foral de Bizkaia o el Gobierno vasco. Es un proceso que será costoso, no en lo económico, pero sí en cuanto al esfuerzo que habría que hacer”, resaltaron esas misma fuentes. “Es una cuestión en la que tendríamos que abordar numerosas consultas y en el que tienen que entrar en juego numerosas opiniones”, según valoraron.
Visitas guiadas a Garraitz
En busca de voluntarios
Apoyo y voluntariado. Desde el colectivo Atabaka afirmaron además que el Ayuntamiento de Lekeitio ha renovado la concesión del txiringito San Juan, ubicado sobre el puerto, a la asociación “para seguir financiando las actividades culturales de la isla como son las excavaciones arqueológicas en régimen de auzolan con Aranzadi y las guías gratuitas que ya el año pasado se ofrecieron a sus visitantes”. De hecho, han realizado un llamamiento para que “los jóvenes que quieran ejercer de guías este verano se apunten”. Para ello tan solo será necesario “tener cierto conocimiento de lenguas y desparpajo para dar las explicaciones”, abundaron, “e inscribirse en la asociación”.