El próximo día 19 se presentará en sociedad el árbol de la vida del Centro Formación Somorrostro. Un árbol simbólico cuyas profundas raíces representan la evolución de este singular proyecto educativo plantado por el padre Marcelo Gangoiti hace 75 años. Un árbol cuyo tronco refleja la vida que se ha llevado a cabo en estas décadas y las ramas que se bifurcan en muchas direcciones significan las decisiones de la vida, los caminos tomados desde los tiempos de la decadente sociedad minera pasando por el desarrollismo industrial y que hoy se alzan erguidas hacia un futuro marcado por el desarrollo tecnológico.

Un ferrón preside la base del árbol de la vida del centro.

Un árbol cosmogónico que refleja la evolución del C.F. Somorrostro que al mismo tiempo se ha convertido en una impactante obra de arte tallada con mimo por el escultor y tallista santurtziarra Gorka Urreiztieta que ha invertido cerca de tres meses para labrar el tronco del viejo cedro del Líbano que mandara plantar el muskiztarra Sebastián de la Quadra, primer marqués de Villarías (1687-1766), cuando era secretario de Despacho Universal de Estado con Felipe V. Siglos después de su plantación en los alrededores de su casa familiar en San Juan de Muskiz este cedro se convertirá en un símbolo del Centro Formación Somorrostro.

La idea de elaborar este tótem se enmarca dentro de los diversos actos de conmemoración del 75 aniversario de la fundación del centro educativo de Meatzaldea por el padre Marcelo Gangoiti que culminan este curso. “Queremos que este elemento tan singular se convierta un poco en un símbolo de lo que ha sido la historia del centro de estos 75 años intentando recoger el origen de lo que fue esta zona minera y siderometalúrgica y también un poco el sentido que tiene Somorrostro en este entorno y lo que ha supuesto para este entorno geográfico y para el municipio la presencia del centro”, señaló el director del centro formativo muskiztarra, Javier Laiseca, durante la presentación del encargo al tallista santurtziarra. Además el árbol pretende ser también “un pequeño homenaje a Marcelo Gangoiti ya que este cedro era la primera visión que él tenía según salía de la iglesia todos los días”, subrayó el director del centro.

La transformación del tronco muerto del cedro ha sido un proceso arduo que comenzó con el descorche del árbol, su limpieza y tratamiento, el tallado de las diferentes figuras y detalles por parte de Urreiztieta, y el posterior tratamiento contra xilófagos como las termitas y el barnizado del conjunto. “La talla en sí estaba finalizada a finales de enero pero el tratamiento posterior para los insectos y el barniz protector ha sido más dificultoso por la lluvia”, afirmó el autor quien destacó que este encargo “ha sido un gran reto para mí no solo ya por la dimensión del árbol, que también, sino porque se trata de hacer un libro sobre un conjunto de tronco y ramas que ofrecía muchas posibilidades de crear pequeños detalles dependiendo del estado en el que se encontraba la madera una vez limpia y saneada”, explicó el escultor.

En el árbol de la vida aparecen en su base, entre otros elementos, un ferrón con su horno, acompañado de cestos de mineral, una pala, un yunque y un fuelle. En el primer nivel se sitúan un barrenador, una madre con un niño y una niña más pequeña asida a su ropa y una chica con un ordenador. En el segundo nivel se aprecia un libro asido por unas manos, una careta de soldador con soplete y una polea con una cadena que baja al horno ferrón.

El árbol

Objetivo. El árbol se convierte en un símbolo de lo que ha sido la historia del centro de estos 75 años intentando recoger el origen de lo que fue esta zona minera y siderometalúrgica y también un poco el sentido que tiene Somorrostro en este entorno y lo que ha supuesto para este entorno geográfico y para el municipio.

Urreiztieta. El tallista y escultor Gorka Urreiztieta reconoce que este encargo ha sido un gran reto no solo ya por la dimensión del árbol, que también, pues el tronco tenía 10 metros de altura por dos metros de diámetro, sino porque se trataba de hacer un libro sobre un conjunto de tronco y ramas. “El árbol es lo que es y no se podía cambiar. Eso marca la obra”, afirmar el artista.