Juan Uribe Alberdi: “Vi un brazo, una pierna y personas que habían perdido la vida”
El durangarra fue testigo de los ataques aéreos sobre la villa el 31 de marzo de 1937
A sus 96 años, Juan Uribe Alberdi fue sin duda uno de los protagonistas de los actos en recuerdo a las víctimas de los bombardeos que asolaron a la villa el 31 de marzo de 1937. Fue a las 19.30 de la tarde de este viernes, cuando el pórtico de Santa María acogió el sentido acto para este durangarra que hace 86 años, cuando apenas tenía 10 años, fue testigo del lado más oscuro de los ataques de los aeroplanos fascistas sobre la villa.
Juan Uribe vivía en el caserío Bustintza del barrio San Roque de Durango con su amama, sus padres, un tío y sus tres hermanos y aquella mañana del 31 de marzo de 1937, sigue siendo un día difícil de olvidar. El pequeño acompañó a su aita con las vacas y desde el edificio que hoy en día es la Ertzainetxea vio pasar los primeros aeroplanos lanzando bombas y decidieron refugiarse. Tras el estruendo, llegó la calma y el silencio y de camino a casa con su ganado fue testigo del lado más crudo del ataque. Las víctimas civiles que aquel primer despliegue dejó en las calles durangarras. “Habían bombardeado todo y mi aita me dijo que fuera corriendo a casa con las vacas. De camino vi un brazo, una pierna, gritos y personas que habían perdido la vida. Al llegar a casa mi hermana de 9 años no aparecía y pensamos lo peor, pero se había refugiado con los milicianos y por la tarde pudo volver a casa”, recuerda Uribe en un trabajo audiovisual impulsado por Durango 1936 Kultur Elkartea en el que se han recogido testimonios de los y las durangarras que vivieron el bombardeo.
86 años después, el recuerdo de aquella tragedia sigue estando presente en la villa. Muestra de ello es que Durango volvió a conmemorar un nuevo aniversario de aquel episodio cruel. Así, el primer acto tuvo lugar a las 8.00 de la mañana cuando representantes del PNV se acercaron al cementerio de Durango para llevar a cabo una ofrenda floral en el monolito que recuerda a todas las víctimas de dichos ataques. “Hemos acudido al cementerio como cada año para recordar el bombardeo del 31 de marzo. Sufrimiento, dolor, masacre que no debió suceder jamás y que no olvidaremos nunca”, apuntó en sus redes sociales la jeltzale Mireia Elkoroiribe.
Media hora después, a las 8.30 y coincidiendo con la hora del primer bombardeo, tuvo lugar el toque de alarma en Santa María que recordó ese primer estruendo. Tras el repique de campanas y las sirenas, la alcaldesa Ima Garrastatxu junto al teniente de alcalde, Julián Ríos, fue la encargada de encender un pequeño fuego en un pebetero, en un acto que también contó con la presencia de otros ediles del Consistorio. La primera edil también quiso recordar en sus redes sociales los bombardeos asegurando que “hemos revivido de las cenizas de hace 86 años y hemos construido un pueblo maravilloso. No olvidamos lo que les pasó a nuestros abuelos y abuelos. No queremos olvidar”.
Por la tarde, a las 17.45, el sonido de las sirenas volvió a resonar en recuerdo al segundo ataque que perpetró la aviación legionaria italiana y que sacudió a la villa. Aquella triste jornada llenó de desolación y destrucción las calles de la villa. El de Durango fue el primer gran bombardeo aéreo sobre una población civil en Europa que acabó con la destrucción de un pueblo y la muerte de numerosas víctimas inocentes. Una lluvia de 281 bombas y 14.849 kilos de explosivos que dejaron 336 muertos, cientos de heridos y un pueblo destrozado, con centenares de edificios afectados y muchos de ellos totalmente destruidos.
Con motivo de estos actos de recuerdo durante toda la semana se han realizado diversas visitas guiadas con el alumnado de los seis centros educativos para “trabajar la transmisión con las nuevas generaciones y que estén al corriente de lo que sucedió en Durango”. El mismo recorrido se podrá realizar de forma gratuita esta mañana gracias a dos nuevas sesiones que ha organizado Gerediaga Elkartea. La convocatoria ha sido un éxito y ambas sesiones tienen las plazas cubiertas.
Nuevo memorial
Este año, la triste efeméride también ha traído consigo la apertura de un nuevo espacio instalado en el cementerio en recuerdo a todas las víctimas que perdieron la vida en los bombardeos y que fueron enterrados posteriormente en fosas comunes.
Este nuevo espacio, labrado por el artista vizcaino Jesús Jáuregui, pretende reivindicar la memoria de las decenas de personas sepultadas bajo tierra y olvidadas en aquel bombardeo fascista de hace 86 años. Y es que, según diferentes documentos, pudieron ser 84 cadáveres los que se sepultaron en dicho espacio y aunque se tiene constancia gráfica de la presencia de los restos, el año pasado la Sociedad de Ciencias Aranzadi realizó una prospección en el cementerio en la que no se detectaron restos.
El acto de inauguración del nuevo memorial tuvo lugar este pasado jueves, 30 de marzo, y contó con la presencia de representantes municipales y familiares de las víctimas como Pilar Martínez Lizariturri, quien quiso subrayar la importancia de reivindicar la memoria, “ya que lo que se olvida parece que no ha existido”.