Christian Martin, Alfredo Solano y Juan Pedro Solano tuvieron una idea pionera en el campo de la energía fotovoltaica: Landatu Solar, un flotador que abarata enormemente los costes de transporte de las instalaciones marítimas y facilita colocarlas en las azoteas. Ingenieros de profesión, se les hacía cuesta arriba sin embargo todo el proceso que supone poner en marcha una empresa. Hasta que encontraron a Ibon Mintegui, que les ha hecho de guía en el último año. Este mes de marzo esperan sus primeros ingresos, cuentan ya con varios clientes y un stand Genera, la feria más importante del Estado en este sector que se celebra en Madrid, será su presentación en sociedad. "Hay muchísimas cosas del mundo de la empresa que necesitas aprender: cómo hacer posicionamiento, cómo captar clientes, la parte burocrática... Te sientes abrumado por todo porque no sabes nada; tener un acompañamiento y un apoyo te da un empujón muy grande", afirma.

Como Landatu Solar, 25 emprendedores de Bizkaia participarán este año en el programa BBK Ekin, con el que la fundación bancaria quiere ayudarles a poner en marcha sus proyectos, ideas que necesitan ese empujón para consolidarlas y hacerlas realidad como negocios de éxito. "Vamos a dotarles de los recursos y apoyos necesarios para que construyan, desde una base sólida, sus negocios", ha explicado la directora de la Obra Social de BBK, Nora Sarasola, en la presentación de la tercera edición del programa, al que el año pasado se presentaron 67 iniciativas.

Y es que la fase de incubación es, según ha explicado Sarasola, una de las más críticas, y al mismo tiempo importantes, de la puesta en marcha de una empresa: el modelo de negocio no está validado y ni siquiera se generan ingresos. "Desde BBK queremos asumir ese riesgo con ellos y estar en ese momento decisivo del emprendimiento; es una etapa clave para la futura creación de empleo y para que realmente una idea pueda convertirse en un negocio sostenible y con impacto social", ha destacado Sarasola.

Retos sociales y de territorio

El programa está dirigido a proyectos con un componente de innovación social que generen no solo empleo sino también un impacto positivo en la sociedad, en el campo de la salud, los derechos humanos o el medio ambiente. "Queremos impulsar empresas que no solo busquen rentabilidad, que también, pero sino que en el centro tienen la vocación de resolver retos sociales y de territorio, y creen en la competitividad sostenible, con el compromiso de priorizar los criterios ambientales, sociales y de gobernanza", ha apuntado.

Durante cuatro meses, los 25 proyectos seleccionados -la inscripción está ya abierta hasta el 10 de marzo- participarán en un programa en el que definirán la estructura de su empresa y validarán su modelo de negocio, asegurando que se pueden cumplir los objetivos antes de seguir adelante. La metodología es híbrida: durante cuatro meses -del 29 de marzo al 11 de julio- abordarán distintos aspectos de su negocio a través de ocho módulos en una plataforma digital y tendrán también el acompañamiento permanente de un mentor. "Al finalizar, habrán desarrollado un plan de negocio y contarán con un resumen ejecutivo para presentar a posibles inversores", ha resumido la directora. Además, a principios de septiembre, presentarán su negocio a un jurado y los tres mejores recibirán premios de hasta 10.000 euros.

"No queremos soñar solo con un futuro mejor; queremos contribuir a construirlo para poder ofrecer a las siguientes generaciones un futuro estable en términos de bienestar. Los emprendedores de hoy son los garantes de esa estabilidad económica y social futura, y queremos seguir acompañándoles en esa aventura", ha finalizado Sarasola.

"Una formación muy completa"

Christian y sus compañeros de Landatu Solar participaron el año pasado en el programa; no solo eso, sino que se hicieron con el primer premio en la fase final. "La empresa nace con la intención de llevar la energía solar al mar en un futuro; para eso tenemos que ir dando pasitos en balsas de riego, presas hidráulicas...", explica el emprendedor.

La empresa ha patentado un flotador para placas solares que, por sus características, permite abaratar el coste de su transporte y colocarlo también para anclar los paneles en las azoteas, llenándolas posteriormente de agua y evitando así que se tengan que izar las que hoy en día se utilizan, de hormigón. Fabricar los moldes para construirlos cuentan medio millón de euros y han tenido que captar esa financiación. "Las primeras muestras nos acaban de llegar hace dos semanas; tenemos varios clientes y tenemos previsto generar ya en marzo los primeros ingresos", anuncia con entusiasmo.

No tiene más que palabras positivas de su paso por BBK Ekin. "La experiencia ha sido muy buena; te ayuda a analizar todo el modelo de negocio y a plantearte todo: validación de la idea, sacar los números, hacer un plan financiero, la estrategia para captar clientes... Es una formación muy completa", considera. "Te da la formación necesaria para sacar el proyecto adelante porque, más allá de una idea, tienes que verlo desde otra perspectiva; el poder apoyarte en gente que sabe más te da un empujón muy grande. Lo recomendaría al 100%".

A su lado tuvieron a Ibon Mintegui, como mentor y guía en esta aventura; él mismo pasó por un proceso similar cuando pusieron en marcha su proyecto. "Echas de menos que alguien te aconseje y te guíe", ha recordado. Vio enseguida las virtudes de Landatu Solar -"es un proyecto ganador"- y ha tratado de prepararles para salir al mercado con todas las garantías. "Trabajar como mentor me ha permitido tener un primer contacto con el sector startups en fase inicial, conocer iniciativas innovadoras centradas en crear y desarrollar una propuesta de valor, antes de centrarse en un proceso comercial inmediato", ha destacado.