Desde que en 2010 cesara la actividad del restaurante Barbadun, regentado por un hostelero de la localidad costera, el Ayuntamiento de Muskiz se ha encontrado con que el antiguo matadero del municipio, ubicado en la carretera que une San Juan y San Julián, se ha convertido en una inagotable fuente de gastos debido a los costes de mantenimiento que exige este edificio construido en 1907 a orillas del río Barbadun. Siquiera el proyecto de hostelería promovido en 2018 por la cooperativa Peñascal para compaginar la restauración con acciones formativas en este sector llegó a cuajar por lo que nuevamente el Ayuntamiento minero debió hacerse cargo de su atención.

“La verdad es que da mucha pena verlo así cerrado y sin uso sobre todo porque el Ayuntamiento ha hecho importantes inversiones para su adecuación y además ha corrido con los gastos de mantenimiento en estos años”, significó la alcaldesa de Muskiz, Ainara Leiba. Ello abrió un proceso de análisis que derivó en valorar la posibilidad de que, ante las dificultades de culminar una concesión para un uso privado como local de hostelería o restauración –la última tentativa quedó desierta–, se contemplase la reconversión del uso del edificio para beneficio de la ciudadanía en general. Una posibilidad que empezó a tomar cuerpo en 2020 –con una inversión municipal de unos 60.000 euros– pero que se vio truncada por la pandemia.

Una situación que podría cambiar en breve ya que, según dio conocer ayer la regidora municipal, el Ayuntamiento de Muskiz ha aprobado el pliego para la contratación de las obras para la adecuación del antiguo matadero en dos txokos municipales y un espacio multiusos. Una decisión que además puede verse refrendada por la ciudadanía dentro del programa de presupuestos participativos ya que esta es una de las 16 propuestas que los vecinos y vecinas del municipio podrán votar en este proceso que comenzará el próximo día 17 de enero.

Reconversión

Según detalló la alcaldesa, el planteamiento municipal es el de convertir el edificio en un espacio multiusos dotado con dos txokos municipales independientes, que se podrán alquilar por separado, y otro espacio con salas de reuniones, para que asociaciones o grupos de la localidad se puedan reunir. Una estructuración que implica una inversión de unos 200.000 euros para acometer las obras de reforma y mejora de este espacio –especialmente de accesibilidad– para el acondicionamiento y equipamiento del antiguo matadero para su uso por los y las muskiztarras.

Una vez acometidas las obras, se desarrollará una ordenanza para regular su uso. “Esta decisión se ha tomado a raíz de la cantidad de peticiones recibidas por parte de los vecinos que demandan un espacio público que poder alquilar para celebrar eventos familiares o entre amigos como comidas, cenas, cumpleaños, etc.”.