En Plentzia, las navidades vienen envueltas en un regalo en forma de espectáculo. No es nada nuevo, porque tiene más de cuarenta años, pero ha crecido mucho, muchísimo. Estas fechas son únicas en la villa gracias a la implicación de ¡un centenar de persona! lideradas desde 2015 por Mercedes Etxegarai (hasta entonces era Miren Ercoreca quien llevaba la batuta). Es un momento de sesenta minutos ilusionantes: es la representación de Olentzero, un trabajo creativo y cultural con ADN local que se agarra a la mitología y emociona bajo el cielo cada 24 de diciembre. Este año, la función recupera su localización habitual en la plaza de la Iglesia tras el ajuste que se hizo en el frontón el año pasado, aún con síntomas de pandemia.

El montaje siempre termina con Olentzero en la hoguera. O.P

Así que cuando el reloj llegue a las 19.00 horas de la tarde de Nochebuena empezará una actuación para la que sus protagonistas llevan ensayando desde principios de noviembre. Habrá nervios, alegría, ilusión, ganas de hacerlo bien, motivación para que la gente disfrute... Por delante, una hora aproximadamente de música, baile, juegos de luces y una historia que contar. Todo, con los mitos y leyendas en el epicentro. Todo, para brindar a Plentzia unas navidades especiales que se repiten con avances en la obra desde 1981. “Es un espectáculo que mezcla historia con mitología vasca. Se van presentando diferentes personajes: lamias, gentiles, Anbotoko Mari, galtzagorris... Se recrea un pueblo que reúne a todos; van apareciendo los personajes y se van presentando bailando”, apunta Mercedes. Todo, para proponer al público un mundo ancestral en la que sumergirse guiado por una narración en euskera: “Un día, se ve una luz rara y todos los gentiles se asustan, menos uno, que llama a Olentzero y dice al resto que va a pasar algo extraño, que ha nacido alguien que va a cambiar sus vidas y se tienen que ir. Los personajes no le creen y viene la Inquisición y les atrapa. Las brujas tienen que hacer una pócima y luchan los momotxorros contra los soldados de la Inquisición y les salvan. Todos acaban agradeciendo a Olentzero que les haya avisado”, resume la cabeza visible de la organización de esta obra, en la que toman parte unos 110 vecinos de Plentzia. Y de diversas edades. “Es un espectáculo para todo el mundo, tanto para verlo como para participar, porque la más pequeña que tenemos ahora es de 11 meses y los más mayores, aitas y amas de más de 50, que también se animan”, agradece Mercedes.

Realmente, el esfuerzo de todas estas personas se merece un fuerte aplauso. Se trata de un montaje con gran arraigo en el municipio y que es muy querido. Las navidades no se entienden en Plentzia sin su particular Olentzero. Todo empezó en 1981 con Gotzon Laraudogoitia, “entonces un joven intrépido” y “tras un trabajo clandestino para promover la cultura vasca”, ha contado Miren Ercoreca a este periódico en otras ocasiones. “Gotzon formó un grupo de txistularis en Plentzia y el primer año se hizo un Olentzero muy sencillo; al año siguiente, ya con veintipico chavales de entre 11 y 14 años, en el grupo de txistularis organizamos un pasacalles más grande”, añadía Miren.

Crecimiento

En efecto, el espectáculo ha ido evolucionando y añadiendo más magia a su repertorio: desde esa kalejira inicial pasó a ser un montaje de una hora que siempre termina con la quema de Olentzero. Año a año, se fueron sumando más ingredientes: que si unos villancicos, que si una megafonía, que si unas gradas... Primero Olentzero, luego más gentiles, ¿por qué no lamias?... Con unas sábanas, con algo de Nochevieja, con unas pelucas guardadas, con lo que fuera para conformar un espectáculo que ahora es trabajado y elaborado.

Esta tradición ha calado en Plentzia, superando el reto del relevo generacional con éxito, puesto que sigue contando con el cariño de la gente y, sobre todo, con la dedicación de la juventud. Mercedes encabeza un grupo que da ejemplo y que cuenta con el apoyo de la comisión de fiestas de la localidad. Este es el principal evento de la Navidad en la villa, que también disfrutará de actividades en la ludoteca y de funciones teatrales.

Las cifras

24

de diciembre. El espectáculo tiene una fecha inamovible: la tarde del día de Nochebuena. Así que la edición número 41 será el sábado 24 a partir de las 19.00 horas.

1981

año. Gotzon Laraudogoitia estuvo detrás del nacimiento de este evento en 1981. Empezó siendo algo muy sencillo: una kalejira de txistularis como una forma de reivindicación de la cultura vasca.

110

personas. En el montaje del próximo día 24 participarán unas 110 personas, así que la evolución del espectáculo de Olentzero ha sido enorme. Mercedes Etxegarai encabeza desde 2015 el grupo de la organización.

11

meses. Lamias, gentiles, galtzagorris, Olentzero... Son muchos los personajes mitológicos que salen a escena encarnados por personas de distintas edades. La más pequeña de esta edición tiene 11 meses.