Este artículo es fruto de tirar del hilo. Todo empieza en Orduña, pasando por un pueblo de León y termina en Getxo. Las páginas del pasado día 13 de este diario recogían la historia de quien es considerada la primera mujer de Castilla y León en ganar una demanda por violencia de género en 1879. Julen Ugidos, residente en Orduña, se topó con este caso al investigar el origen de su apellido -esta mujer resultó ser tía de su tatarabuelo- y se llevó toda su atención, hasta el punto de recopilar lo descubierto en el libro Ahogada en el silencio. Antonia Cid, la mujer valiente de Villademor.

El getxotarra Javier Campo, una mente inquieta y ágil con el pasado y autor de tres obras que desempolvan episodios pretéritos -La ermita del Puerto Viejo. San Nicolás de Bari y su órgano; Getxo en sus calles. Con nombre propio; y Saliendo de la invisibilidad. Retratos de mujer- llama a la puerta, tras leer lo publicado sobre Antonia Cid, para recordar la figura de Marina de Ybarra, la primera mujer de la que hay constancia en Getxo que denunció a su marido ante la Justicia, por “injurias y maltrato físico”. Y sucedió en ¡1664!

Javier Campo habla de Marina de Ybarra en el libro en el que hace visibles a una treintena de mujeres getxotarras y en él explica que “su matrimonio, muy posiblemente, convenido, se produjo el 17-12-1663 en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora (Andra Mari de Getxo)” y que “la denuncia se interpuso solo cinco meses después, en mayo del año siguiente”. En base a sus indagaciones, Javier considera que su esposo, “Martín de Uríbarri se casó ya con 40 años” y que Marina “era bastante más joven que él, porque no era nada habitual que una mujer se casase por encima de los 25 años”. Este escritor de Algorta alude también a la “excelente” investigación efectuada por la historiadora Cristina Ayuso Sánchez y que culminó en Las primeras getxotarras. Las mujeres en la historia de Getxo (XIV-XVII). Es ella quien desvela lo que Marina explicó durante el pleito: “Que hacía dos meses, más o menos, que su marido le daba mala vida, habiendo incluso puesto las manos en ella y le había dado muchos malos tratamientos, queriéndola matar”. Además, aporta otro dato: “Por la parte económica, también motivo de denuncia, su marido había intentado vender unos censos que ella había aportado como dote al matrimonio y le había quitado, también, cargas de trigo y sus bienes personales: cama, arcas, vestidos, etc. A continuación, relata al juez su lamentable vida, sus penurias económicas, su situación de privaciones, malviviendo como si fuera una criada más que esposa, pasando miseria en la casa de un vecino que la ha acogido después de huir del domicilio conyugal”.

El magistrado, como señala Javier, emplaza al marido “para que se presente ante él y muestre sus alegaciones, conminándole a que devuelva a su esposa todos los bienes de la dote aportada al matrimonio”. 

El hilo llega hasta aquí y a las puertas de conmemorar el 25-N, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Antigua plaza de las uves

Una plaza en Algorta

Proceso participativo. Desde 2017, Getxo cuenta con una plaza en honor a Marina de Ybarra, primera mujer getxotarra que denunció, en 1664, el maltrato que le infligía su marido, según consta en documentos oficiales. Este nombre bautiza la plaza conocida popularmente como Las Uves, tras un proceso participativo en el que el Ayuntamiento propuso tres opciones: Iturriondo, Palatondo y Marina de Ybarra. Al principio, el Consistorio se refirió a esta mujer como María de Ibarra y, de hecho, las placas siguen llevando ese nombre, aunque en la página web sí se ha corregido. 

También, una ruta. El Ayuntamiento también ha puesto el nombre de Marina de Ybarra a una ruta autoguiada por Andra Mari, el origen de Getxo. “Marina de Ybarra era baserritarra y su labor, como la de tantas mujeres, era silenciosa pero imprescindible”, indica el Consistorio.