Este próximo martes se cumplirán seis años desde que la Diputación de Bizkaia pusiera en funcionamiento una nueva infraestructura que además de unir Abadiño con Elorrio, lograba sacar a miles de vehículos que saturaban las vías a la altura de Zelaieta y Muntsaratz, en la localidad abadiñarra y también en Atxondo. Una autovía, la antigua N-636, que ha tenido un buena acogida en estos años y que supuso una oportunidad para que los mandatarios locales pelearan por convertir la anterior carretera, la BI-3336, en una travesía urbana, más amable para el peatón y sobre todo más segura y sostenible.

Así los ayuntamientos de Abadiño y Atxondo comenzaron sus negociaciones con la Diputación Foral de Bizkaia para impulsar sendos proyectos que posibilitaran que esta carretera se integrara en ambos municipios, con aceras en ambos lados de la vía, pasos elevados para aminorar la velocidad y rotondas que eliminarán varios puntos peligrosos, como el cruce de Muntsaratz e Irubide.

El primer municipio en dar por finalizados los trabajos ha sido el Ayuntamiento de Atxondo. Hace unos días finalizaban las obras que comenzaron a principios de año y que han supuesto un desembolso de algo más de 716.000 euros, sufragados por el ente foral. Fue en el pleno de julio del año pasado cuando el pleno municipal daba luz verde a este esperado proyecto con un presupuesto de 800.000 euros. Y es que tras muchos años de negociaciones el actual equipo de gobierno del PNV lograba dar una solución integral a uno de los cruces peligrosos de la localidad, dotando de una rotonda en Irubide que refuerza una seguridad más sostenible tanto de los peatones como del tráfico. Además las aceras a ambos lados de la carretera ha logrado una mayor accesibilidad, movilidad y comunicación del municipio.

“Después de tantos años, es satisfactorio ver que han finalizado estas obras que permiten salir y entrar en el casco urbano con mayor seguridad, eliminando el cruce que resultaba tan peligroso”, resaltaron fuentes municipales. “Todavía quedan algunos pequeños remates y cuestiones como la jardinería que se llevaran a cabo en verano, una vez pasen los episodios de calor”, añadieron.

Mientras los atxondotarras disfrutan de nuevos paseos más seguros después de haber integrado la antigua carretera en una travesía urbana, sus vecinos de Abadiño tendrán que esperan hasta final de este año, según confirmaron a DEIA fuentes municipales. Aunque las obras se iniciaron unos meses antes, concretamente en octubre del año pasado, el tramo en el que se están ejecutando los trabajos superan los dos kilómetros de trazado y eso conllevará a que su finalización se alargue unos meses más. Una actuación que cuenta con un presupuesto de dos millones de euros, de los cuales 1,1 millones de euros son sufragados por la Diputación.

BI-3336

  • Hace seis años Esta carretera, la antigua N-636, soportaba hace seis años mucho tráfico entre las localidades de Abadiño y Atxondo, que hace seis años fue desviado por la autovía de Gerediaga-Elorrio.
  • Travesías urbanas. Tras la apertura de la nueva variante, los ayuntamientos de ambas localidades negociaron con la Diputación para mejorar la seguridad, convirtiendo la vía es un espacio más amable para el peatón.