La pandemia frenó sus aspiraciones, pero no sus ganas de seguir alcanzando las cimas más altas del planeta. El montañero laukiztarra José Manuel Iñarrea lleva tiempo planeando la conquista de las cumbres africanas más destacadas y este próximo mes de julio pondrá rumbo a Marruecos para tratar de culminar la primera de sus dos expediciones -cordillera del Atlas en 2022 y Kilimanjaro en 2023-. Y todo ello con un propósito solidario: apoyar la investigación del síndrome de Dravet, una enfermedad neurológica que cursa principalmente con crisis epilépticas no controladas, retraso mental y alteraciones conductuales graves, así como con uno de los índices de mortalidad más elevado entre los síndromes epilépticos. Precisamente, con motivo del Día Internacional del síndrome de Dravet, este pasado 23 de junio, la asociación de pacientes ApoyoDravet reunió a través de distintas actividades a artistas, investigadores, deportistas, periodistas, políticos y anónimos para fomentar el conocimiento y la investigación.Un esfuerzo conjunto al que quiere poner su granito de arena Iñarrea dando visibilidad a la enfermedad. Así pues, su primer Reto Apoyo Dravet África será entre el 17 y 18 de julio, cuando tratará de hacer cumbre en dos días el Toubqal (4.167 metros), Ras (4.083 m.) y Timezguida (4.089 m.), en la cordillera del Atlas. Respecto a su apuesta por alcanzar las tres cimas del reino alauita, Iñarrea explica que le llamó la atención el hecho de que esta considerada “la segunda cordillera más bonita del mundo”. A ello le unió su deseo de pisar el continente africano por primera vez. “No he estado nunca y es algo que me ilusiona”, refleja. El siguiente desafío será en febrero del próximo año cuando buscará alcanzar la cima del Kilimanjaro (5.895 m.), en Tanzania.

Para afrontar estos retos se ha preparado a conciencia, sobre todo, “en nieve en Pirineos y Picos de Europa”, afirma. Estos dos escenarios montañeros son su principal refugio, donde encuentra la inspiración. Tras conquistar anteriormente el Aconcagua (6.961 m.), techo de América, dos icónicas cumbres europeas como el Mont Blanc (4.809 m.) y el Cervino (4.478 metros), o el Vignemale (3.298 m.) en Pirineos, ahora quiere vivir la experiencia africana.

Ascensión invernal

Ascensión invernal“En febrero haré una subida invernal al Kilimanjaro. Será duro pero precioso. En verano hay mucha demanda y es carísimo”, expone. Con sus 5.895 metros de altitud, el Kilimanjaro, también conocido como Uhuru Peak, es un volcán de triple cumbre -sus tres cimas son Kibo, el punto más alto, Mawenzi y Shira- que se encuentra en el noreste de la república de Tanzania, cerca de la frontera con Kenia. “Coronarlo sería alcanzar un peldaño muy importante porque forma parte del grupo conocido como las siete cumbres.”, destaca, en referencia a las montañas más altas de cada uno de los seis continentes, además de incluir Norteamérica. Estas son: Everest (8.848 m.), en Asia; Aconcagua (6.962 m.) en Sudamérica; Monte Denali o McKinley (6.190 metros), en Norteamérica; Kilimanjaro (5.895 m.) en África; Monte Elbrús (5.642 m.) en Europa; Macizo Vinson (4.892 m.) en la Antártida y Monte Jaya (4.884 m.) en Oceanía. En cuanto a las características de la ascensión, Iñarrea señala que no se trata de “una montaña difícil, sino que es más la altura que tiene que la dificultad técnica”. Su intención es coronar la cima en dos días. “El primero subiré hasta el refugio y allí haré noche para al día siguiente atacar la cumbre”, concluye. n