La conversión de las tradicionales residencias para mayores en unidades convivenciales, más parecidas a un hogar donde sean atendidos casi como en casa, ha dado su primer paso de gigante. La residencia municipal Sagrado Corazón de Getxo ha sido la primera en cerrar el proceso de transformación de todo el centro en estas unidades de convivencia que acogen a un máximo de 25 personas. En concreto, se ha creado cuatro pequeños hogares que acogen 70 plazas conveniadas con la Institución foral.

Según informaron ayer fuentes forales, el diputado general, Unai Rementeria, junto al titular de Acción Social, Sergio Murillo, y la alcaldesa de Getxo, Amaia Agirre, visitaron la residencia municipal Sagrado Corazón de Getxo donde han podido conocer de primera mano la nueva realidad de atención que están viviendo las personas mayores ingresadas.

El diputado general agradeció a las usuarias el hecho de abrirle las puertas de su casa. "Las he visto bien cuidadas y felices, que es lo más importante para nosotros", destacó tras efectuar el recorrido por las unidades.

Rementeria concretó que "transformar las residencias a escala humana está siendo un proceso paulatino y progresivo, compartido y acompañado desde la Diputación, que nos debe llevar a que el 35% de la atención residencial de responsabilidad foral sea en unidades convivenciales a finales de 2023".

Una mutación casi radical en el enfoque de atención que supone un cambio cultural importante y exige la adaptación de procesos y dinámicas consolidadas hasta la fecha. "Seguimos dando pasos en firme hacia ese bienestar de todos y todas. Especialmente de las personas mayores de Bizkaia que necesitan cuidados de larga duración", concluyo el diputado general.

Por su parte, la alcaldesa de Getxo recordó que la residencia municipal "es la primera en Bizkaia que trabaja con un modelo de unidades pequeñas de convivencia, y atención centrada en la persona, en todo su edificio y organización". Se mostró muy implicada en el proceso de evolución al indicar como "nuestro objetivo es favorecer la autonomía de las personas, promover sus capacidades, a la vez que garantizar el respeto a su dignidad, derechos e historia de vida".

El departamento foral de Acción Social está impulsando la transformación de los cuidados de larga duración hacia una personalización que avance en la atención a la diversidad y la evolución de las necesidades, expectativas y preferencias de las personas que necesitan de apoyos para su proyecto de vida.

Los centros dependientes del IFAS también ha comenzado el proceso y desde septiembre un nuevo recorrido formativo acompañará a los centros que emprendan este camino en Bizkaia.