Sin prisa, pero sin pausa, tipi-tapa Korrikaaaaa! La carrera a favor del euskera entró en Bilbao pasadas las 19.30 horas por Elorrieta y fueron miles las personas que unieron sus fuerzas en apoyo a nuestra lengua. La carrera a favor del euskera recorrió durante cuatro horas el callejero bilbaino a ritmo de la pegadiza canción y bajo el HitzEkin!, que marca la marcha de los y las euskaltzales en el recorrido por la geografía vasca y Nafarroa. En la espera, en Deusto, los grupos se mostraban nerviosos para tomar el testigo con el mensaje secreto que pasa de mano en mano y que será desvelado el próximo día 10 en Donostia. En la jornada de ayer miércoles, la Korrika entró de nuevo en tierras vizcainas sobre las 12.48 horas por Ubidea y recorrió los municipios de Arratia antes de alcanzar por la tarde la villa. En hora, sobre las 15.30 horas, la carrera en favor al euskera atravesaba Igorre. Los profesoras y profesores de AEK de Arratia portaron el testigo seguidos de más de 200 personas que se sumaron a la marcha. "Es muy emocionante después de lo que hemos vivido", comentó Leire.
Orillas de la ría
Este maratón, que arrancó hace una semana en la localidad alavesa de Amurrio, entró en Bilbao en paralelo a la ría, desde Erandio, y salió por la orilla contraria, por Zorrotza después de haber recorrido 82 kilómetros, según estimaciones hechas desde AEK. No hay descanso, la carrera no para, aunque el ritmo puede variar debido a los participantes y la muchedumbre que participan en la carrera. Lo que no faltó en todo momento fue el ambiente festivo. "Esto es una fiesta maravillosa", confesaron, mientras calentaban para llevar mejor el ritmo. Con ropa deportiva y zapatillas, la inmensa mayoría de los participantes aguardaron con expectación la entrada de la Korrika en la villa. "Vivo la Korrika con emoción y para mí volver a disfrutar de este momento es muy importante", relató Mariaje, vecina de Ermua y que estuvo acompañada de su sobrina, Garazi. No fueron las únicas que vivieron la carrera con ilusión. Maite, Nere, Jurdan, Veronica y Zuriñe, padres de la ikastola de Atxuri, tomaron parte en la Korrika junto a sus hijos e hijas, Jare, Oma, Ane, Ekai, Mayi y Nora. "Estuvimos en el inicio de la Korrika en Amurrio", explicaron.

En total, fueron cuatro horas para completar un auténtico laberinto que recorrió todos los distritos de la villa. Los relevos se fueron sucediendo entre las 19.28 y las 23.48, horas previstas por la organización para el tramo capitalino. Las primeras carreras, tan deseadas y esperadas para la comunidad euskaltzale bilbaina tras dos años sin celebrarse. Uno de esos primeros kilómetros llevó el sello de la Federación Coordinadora de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Bizkaia, Fekoor.
Eso fue pasadas las siete y media de la tarde, y poco antes de las ocho de la tarde le tocó el turno a la Universidad de Deusto, desde el cruce Francesc Macià con Botika Vieja a la Universidad. Y de ahí por Tiboli hacia los barrios altos. Sin perder el ritmo, con ganas y alzando la voz con fuerza para que el euskera impregnarse cada rincón, los barrios de Santutxu, Txurdinaga, Otxarkoaga... La asociación de comerciantes Bilbao Centro, con su gerente, Jorge Aio, a la cabeza también cogió el testigo en la confluencia de las calles Sabino Arana y Pérez Galdos. Fue sobre las diez de la noche cuando Bilboko Konpartsak revolucionó el Casco Viejo. El punto de encuentro fue la plaza Unamuno cuando Bea Server e Itxasne Núñez, pregonera y txupinera respectivamente de Aste Nagusia, tomaron el testigo. Desde ahí, tras pasar por Cortes y San Antón, y reencontrarse con las Siete Calles, la carrera conectó con el Ayuntamiento donde el alcalde, Juan Mari Aburto, junto con el concejal de Euskera y Educación, Koldo Narbaiza, y otros cargos de la corporación municipal se sumaron a la carrera cogiendo el relevo. Había ganas. Bilbao se volcó por el euskera sin parar.