El proceso de limpieza que se llevará a cabo en los próximos años es el remate a la gran intervención que efectuó el Gobierno vasco a finales del siglo pasado. La presencia de lindano en la zona baja del Nervión se debe a que en Barakaldo y Erandio estuvieron ubicadas las empresas Bilbao Chemical y Nexana. La primera fabricó este pesticida entre 1947 y 1987 y la segunda, entre 1952 y 1982. Los residuos generados en la creación del HCH que comercializaban se depositaron durante décadas en múltiples vertederos del entorno del estuario del Nervión, convirtiéndose estos puntos en potenciales focos de contaminación por este producto químico.

En un programa de descontaminación inédito para la época, la mayor parte de estos residuos fueron tratados y anulados en cantidades industriales. “Los ordenes de magnitud de entonces no tienen nada que ver con los de ahora”, acota Iñaki Arrate, explicando que “aquí ya hemos eliminado los focos de contaminación más importantes porque eran evidentes y además muy necesario”.

La descontaminación del lindano se efectuó con dos intervenciones. La primera, con la construcción de una planta especifica de tratamiento del lindano puro en Barakaldo, que actuó entre 1999 y 2001. La segunda, el confinamiento de las tierras contaminadas en una celda de seguridad construida en Argalario entre 1999 y 2002.

Euskadi fue la primera comunidad autónoma del Estado en llevar a cabo este gran proceso de descontaminación, una labor que en otras áreas de la península, que también albergaron fábricas de lindano, ni tan siquiera ha comenzado.

El responsable de URA detalla como en la actualidad Aragón ha iniciado tímidamente el proceso de descontaminación mientras que en Galicia se lo están planteando con los problemas que supone el hecho de que “en algunas comarcas no saben ni cuál es el origen último de la contaminación”, concluye.