La pandemia no puede frenar la vida; por muchos arreones que le pegue. Las personas adultas, las mayores y las más mayores se resisten a rebajar su índice de tolerancia ante el virus. La solidaridad en sus numerosos dimensiones ha estado siempre presente durante todo este tiempo.

Y ahora habrá oportunidad de demostrarlo en otra más: el acogimiento de menores con necesidades especiales. Hasta 25 casos con este perfil tiene identificados la Diputación. Porque también en Bizkaia existe desprotección infantil a pesar de los esfuerzos de las administraciones y del Tercer Sector por desplegar una cobertura humana y material especializada que ayude a que esos menores puedan conservar intactas sus oportunidades de futuro.

El nuevo recurso activado por la institución foral (que se suma a los otros modelos de acogimiento ya consolidados: de urgencia, temporal y permanente) va en esa línea. Eso sí, esta vez, al tratarse de niños, niñas y adolescentes con necesidades o situaciones especiales (menores con discapacidad, con algún tipo de dependencia o que presentan una problemática psicosocial) también se pedirá un plus a las unidades familiares que quieran asumir este tipo de responsabilidades.

Sergio Murillo, diputado de Acción Social

Sergio Murillo, diputado de Acción Social

Además de una dedicación intensiva, alguno de sus miembros debe disponer de una cualificación específica en materia de Educación, Salud o Servicios Sociales para poder prestar la atención y cuidados requeridos. Así lo ha explicado Sergio Murillo, diputado de Acción Social, al tiempo que ha subrayado que esas familias acogedoras "van a tener todo nuestro apoyo técnico y económico. Porque sabemos que lo que hacen es de suma importancia: están permitiendo que esas personas, hoy menores edad, crezcan y desarrollen todo su potencial”.

UNA DECENA, ESTE AÑO

La meta para este año es que una decena de esos menores encuentren un hogar. El "escrupuloso y garantista" proceso de selección, formación y acoplamiento con el niño o adolescente hasta lograr la idoneidad suele prolongarse entre tres y seis meses por lo que es un plazo más que razonable. Hay entrevistas personales y cursos de sensibilización; se trabajan las habilidades personales e interpersonales y, en definitiva, se ajustan las expectativas de los demandantes.

Y es que, según ha insistido Murillo, el acogimiento familiar es la oportunidad para muchos menores de "crecer en un entorno donde pueda encontrar afecto, dedicación y apoyo" durante el tiempo que sea necesario, pero sin perder de vista que la relación con sus padres o madres biológicos se mantendrá y que se apoyará el proceso de vuelta en los casos cuando sea posible.

"Nosotros ponemos los medios, técnicos y económicos, pero hay algo que sólo ellos y ellas puede poner: un hogar. El resultado de esta colaboración es extraordinario: un mejor desarrollo de un menor, un resultado de incalculable valor”, ha descrito el diputado de Acción Social.

MAYORES APORTACIONES

Ese apartado monetario, precisamente, se ha actualizado para todos los modelos de acogimiento existentes (desde los 430 euros mensuales para un acogimiento ordinario a los 660 euros para una de urgncia) y ha fijado unas asignaciones significativamente mayores para estas acogidas de menores con necesidades especiales.

En el caso de que sea dedicación plena (cuando las características del menor acogido no impiden compatibilizar el acogimiento especializado con el desempeño de un empleo o ejercicio de una profesión, ya sea a tiempo completo o parcial) serían 800 y 550 por menor. Si por el contrario el perfil de ese menor requiere de dedicación exclusiva y absoluta (incompatible con el desempeño de todo tipo de empleo o ejercicio de profesión) la asignación foral será de 1.500 euros y 550 por menor.

Con independencia del régimen de dedicación, no se podrá acoger de forma simultánea a más de dos menores con necesidades o circunstancias especiales, salvo en el caso de que se trate de hermanos o en reagrupamiento familiar, ha puntualizado Murillo después de referirse a estas cuantías con las que la Diputación Foral de Bizkaia contribuye a sufragar los gastos de manutención y atención sanitaria que asumen las familias de acogida en sus distintas modalidades.

En total, 327 menores viven hoy en Bizkaia acogidos en familias. De ellos, 215 en familia extensa (con abuelos y tíos principalmente) y otros 112 en familia ajena. “Familias que velan por ellos y les procuran una atención integral durante el tiempo que sea necesario, como si fueran un miembro más de la propia familia. Este es un llamamiento a personas y familias que están preocupadas por el destino de otras personas en Bizkaia, y están dispuestas a dar un paso adelante", ha concluido el diputado de Acción Social.