Javier de la Colina, entonces alcalde de Sopuerta, recogió el guante que lanzó en varios municipios Alfonso Marcos, apodado Platillerito, "que regentaba un mesón en la Plaza del Marqués de Balmaseda, cerca de donde ahora se encuentra la sede de Enkartur", de organizar una feria que promocionara el producto chacinero encartado.

En el Ayuntamiento se les ocurrió desde el principio "establecer una fecha fija" para que calara en la ciudadanía y decidieron que fuera "el primer domingo de marzo con el fin de coincidir con la temporada de las txarribodas en los caseríos", en aquellos tiempos bastante más habituales.

Así fue cómo el 4 de marzo de 1973 tenía lugar la primera Txerriki Azoka en las instalaciones de la escuela profesional San José, actual centro San Viator y "nos convertíamos en la segunda feria más antigua de la comarca por detrás de Gangas, en Zalla". El centro educativo "disponía de frontón por si acaso hacía mal tiempo", recuerda. Aquel primer programa guarda similitud con el que ha perdurado hasta el presente. Contenía certámenes de chorizo y morcilla y mercado de exposición de productos chacineros.

El tríptico informativo avisaba de que calidad y presentación de los productos pesarían en el fallo inapelable del jurado. En las dos primeras ediciones compusieron el comité de expertos "el jefe de extensión agraria con sede en Balmaseda, un colega farmacéutico de Miranda de Ebro que dirigía una fábrica de embutidos y un representante del restaurante Nicolás de Bilbao". Una historia curiosa. Javier de la Colina trabó amistad con él después de que se desplazara a Sopuerta de excursión y se precipitara a una sima de cata de mineral de hierro de tiempos de la minería. Tuvo la gran suerte de que alguien pasó cerca y pudo ser rescatado... De acuerdo con estrictos protocolos sanitarios, "pedíamos presentar el certificado oficial veterinario del sacrificio de los cerdos en casa, para que todo estuviera en regla".

De la Colina cedió el mando en el Ayuntamiento en 1974, cuando el evento ya iba adquiriendo renombre y el recinto se les quedaba corto para la creciente afluencia de concursantes y público. Con el transcurso de los años "fueron entrando restaurantes o carnicerías" y, ante las limitaciones de espacio para dar cabida al medio centenar de participantes que se congregaron en alguna ocasión, se decidió bajar la feria a su localización actual en la campa de Santa Ana, en el núcleo de La Baluga.

Al lado del área recreativa donde se encuentran las piscinas y el campo de fútbol, los productores disponían de más espacio para instalarse y la organización, de superficie adicional para incorporar actividades complementarias a la feria, desde las danzas de la agrupación local Urreztieta a una granja móvil, exhibiciones de pastoreo con perros, un puesto con información turística sobre Sopuerta y Enkarterri, otros de asociaciones locales o las ya imprescindibles txosnas. En una ocasión en la plaza de toros se reprodujo una txarriboda "con el animal ya muerto para que el público observara las diferentes fases".

Chacinero Mayor

En la antesala de las bodas de plata, donde Javier de la Colina recibió un homenaje por su contribución a la Txerriki Azoka, se instauró el reconocimiento al Chacinero Mayor de Euskal Herria para realzar el palmarés, sumando las calificaciones de los concursos de chorizo y morcilla. Existía un sano pique "con San Antontxu de Mungia" que se abría paso en el panorama del primer sector vizcaino.

En toda esta trayectoria hasta la llegada de la pandemia, la feria solo se había suspendido una vez y fue en sus inicios debido a problemas organizativos.