Es otro de esos palabros que por desconocidos parecen novedosos, pero la existencia del llamado 'acoso sexual de segundo orden' es inseparable a la propia evolución de la sociedad. En realidad, esa construcción léxica hace referencia a los ataques que se dirigen contra las personas que se solidarizan activamente con las víctimas de violencia machista.

Así lo resume Ramón Flecha, catedrático de Sociología en la Universidad de Barcelona cuyos estudios y ensayos sobre esta materia son una referencia a nivel internacional. De hecho, este bilbaino (de Indautxu, para más señas) acaba de publicar un artículo en la revista científica 'Violence Against Women'.

Su nombre aparece ligado desde hace años a la investigación sobre las violencias machistas y es ya el primer científico del mundo en el ranking Google Scholar en la categoría Gender Violence.

Las primeras referencias bibliográficas (y denuncias públicas) aparecieron en la década de los años 70 y 90 del pasado siglo, pero no fue hasta hace unos pocos años cuando tomó cuerpo académico y animó a investigar sobre este asunto.

Él mismo ha recibido ataques por haber sido el primer catedrático que apoyó a las víctimas y por sus investigaciones sobre ese tema, pero dice que no se arrepiente porque, como resumió la responsable de la oficina de Harvard contra el acoso: "Las futuras generaciones de estudiantes y profesorado, sin duda, tendrán una experiencia muy diferente a causa de su trabajo".

Y es que, en opinión del bilbaino cada vez más ámbitos sociales y profesionales afrontan la superación del acoso sexual de segundo orden (SOSH, por sus siglas en inglés) "sabiendo que es un requisito imprescindible para avanzar en la disminución del acoso sexual directo" o de primer orden.

Flecha insiste en que para disminuir el acoso sexual es necesario poner fin a lo ataques y difamaciones que muchas veces sufren (en según que ámbitos) quienes apoyan a las víctimas. Y más aún cuando en estos últimos años la sociedad civil organizada y los movimientos estudiantiles han incluido postulados igualitarios en sus agendas.

El sociólogo e investigador bilbaino ha sido fundador del centro académico que realizó las primeras investigaciones científicas sobre la violencia de género en las universidades españolas. En su último artículo de investigación profundiza en el SOSH tras analizar seis casos reales que lo han sufrido: dos hombres y cuatro mujeres.

Habla de una maestra que fue víctima de SOSH por uno de sus compañeros de trabajo en un entorno escolar; otro en el que un maestro de Secundaria fue víctima de SOSH por parte de uno de sus alumnos; un caso de un joven que fue víctima de SOSH por un hombre mayor que abusó sexualmente de su hermana dentro de un entorno familiar; un caso de un empleado sin fines de lucro que fue víctima de SOSH por la mujer que era su superior; un caso donde un miembro activo de un partido político fue víctima de SOSH por uno de sus colegas; y, finalmente, el caso de una investigadora que fue víctima del SOSH por parte de otro miembro de la comunidad universitaria.

"Todos los participantes coincidieron en que el principal motivo del agresor era conseguir que dejaran de apoyar a la víctima. Según los relatos de los participantes, aunque no fueron el foco inicial del atacante, se convirtieron en un problema cuando su intervención dificultó que el atacante continuara con su abuso. Por lo tanto, el acosador pretendía eliminar ese apoyo con sus acciones" resume Flecha, quien se sorprende por la falta de reconocimiento de esta conducta en muchos países.