- El Kakarraldo, símbolo de Urduliz y seña de identidad de sus fiestas de Andra Mari, se ha quedado sin protagonismo este año, relegado a 2021 por el covid-19. Sin embargo, no por ello va a dejar de trabajar para poder disfrutar de unas futuras fiestas en igualdad de condiciones y libres de violencia machista. Para ello, se ha anudado al cuello el pañuelo de color morado con el fin de apoyar la reivindicación feminista de la justicia social por los mismos derechos y contra la discriminación por motivos de identidad de género, orientación sexual, de clase, etnia, cultura, estatus migratorio, capacidades o convicción. Y lo va a hacer de la mano del Ayuntamiento de Urduliz, que presentó ayer la campaña Urdulizen Jai Berdinzaleak, a través de la cual va a realizar un diagnóstico participativo con perspectiva de género de las fiestas.
Un análisis que está dirigido "a toda la ciudadanía en general y, en concreto, a todos los agentes y servicios municipales implicados en los festejos patronales", según explicó Maider Fernández, técnica del servicio de Igualdad de la Mancomunidad de Uribe Kosta, que dio a conocer los detalles de esta iniciativa junto con el alcalde de Urduliz, Javier Bilbao, la concejala de Cultura, Karmen Kareaga, y la investigadora de Errotik Kooperatiba, Sabina Lafita, entidad que busca contribuir a la erradicación del sexismo y a la transformación social, y que será la encargada de realizar el diagnóstico.
De esta manera, el objetivo de este diagnóstico es "generar iniciativas propositivas para la apertura hacia una fiesta más participativa, igualitaria, inclusiva y libre de violencia machista", apuntó Fernández. Para ello se va a pulsar la opinión de los principales agentes sociales. "Es un proyecto en el que venimos trabajando junto con la Jai Batzordea, con la Mancomunidad, con la asociación de mujeres Inola y que también entra dentro del Plan contra la Violencia Machista que hemos aprobado", apuntó Karmen Kareaga.
Aunque este año no habrá fiestas como tal, dadas las circunstancias sanitarias, los responsables del estudio hacen un llamamiento a la ciudadanía para que ponga el foco de atención en la memoria de las fiestas y las recuerde a través de anécdotas, relatos compartidos u objetos de la memoria como son las fotografías, carteles y otros recuerdos que guardan en sus casas.
Así, previo a las fiestas, durante este mes, julio y agosto se realizará "la presentación pública, las entrevistas individuales a los principales agentes y servicios municipales, y se llevará a cabo la revisión de los archivos municipales", detalló la investigadora Sabina Lafita.
En cuanto a la celebración de las fiestas, durante los meses de julio y septiembre se realizará el ejercicio etnográfico, mediante la participación ciudadana a través de fotografía doméstica relacionada con la organización, la dinámica y la celebración de las fiestas. "Una gran parte del trabajo consiste en una actividad participativa en la que la ciudadanía podrá compartir en las redes sociales sus fotografías de sus álbumes de familia. De esta manera podrán recordar las fiestas y emocionarse otra vez con todos esos elementos y, al mismo tiempo, nos permitirá construir un archivo de la memoria de las fiestas que nos aporte información", aclaró Lafita.
Posteriormente, entre septiembre y noviembre se dinamizará el grupo de discusión con las personas escogidas por la secretaría técnica según criterios de participación en las fiestas y se realizará el informe final con consejos y recomendaciones.