TODAS las mujeres tienen un sueño, ganas de hacer algo. Atreveos", las empuja, en el marco del 8-M, Mari Luz Palacio. Todo un ejemplo, junto a sus cuatro compañeras de Cruz Roja Bizkaia, de quienes ya han dado el paso y no se arrepienten. Y eso que caminan sobre un terreno masculino, como es el de las emergencias.

Ainhoa Munitiz, 33 años

"Me miran como: ¿Va a poder conmigo?"

Hace un año que Ainhoa Munitiz se enfundó el neopreno rojo y se tiró a la piscina. Bueno, mejor dicho, al mar, como rescatadora socorrista de la base de Bermeo. "Siempre había tenido ganas, pero me frenaba: En este mundo de hombres voy a ser yo la única, cómo me van a tratar... Ese primer paso cuesta muchísimo, pero luego te das cuenta de que eres una más", afirma y anima a otras mujeres a que sigan su estela porque, aunque haya quienes aún no lo crean, "con entrenamiento estamos totalmente cualificadas" tanto para salvar vidas, como para "hacer nudos marineros o tirar de los cabos". Prueba de ello es que Ainhoa participó en el rescate de tres adultos y un niño, cuya embarcación se hundió en la costa vizcaina el pasado enero. "Tenían hipotermia y se les fue tratando durante el traslado hasta el puerto", recuerda. En esta ocasión "no hubo que saltar al agua, pero en otros casos sí, porque las víctimas pueden estar en roca, con politraumatismos o muy agotadas y no son capaces de nadar", explica.

Cuando uno está con el agua al cuello se aferra a cualquier mano tendida, pero Ainhoa ha visto más de una "cara de asombro". "Lo que quieren es que les ayudes, pero les sorprende que sea una mujer. Me miran como: ¿Va a poder conmigo? ¿Va a saber tratarme?". En otras actuaciones "menos complicadas", en cambio, recibe halagos. "Hay gente que está bien y te dice: Enhorabuena porque ya las mujeres tenéis más presencia. Y eso agrada". También ha tenido que oír algún comentario machista. "Son mínimos, pero existen. En un entrenamiento, al entrar en el puerto, oí a una persona diciendo que qué vergüenza que una mujer pudiera estar con una moto de agua. Han luchado mucho por nosotras y se ha avanzado mucho, pero queda por hacer", subraya.

El rescate de Bermeo fue difundido por los medios y, sin ser consciente de ello, Ainhoa se convirtió en un referente. "Salí en unas imágenes pasando a una víctima a una camilla y una niña me reconoció: Tú eres la rescatadora que ha salido en la tele. Te enorgullece. Al final, ese mensaje de la mujer empoderada está ahí". Ella también tuvo en quién fijarse. "He visto a gente más mayor que yo, pero pocas. En este ámbito nos queda mucho camino por abrir", admite. Por eso pide a los hombres que colaboren. "Se tienen que sentir orgullosos de todas las mujeres que estamos luchando por la igualdad y apoyarnos en ello".

Laura Castaño, 34 años

"Si mi compañero era un chico, se dirigían a él"

Laura Castaño, técnico de emergencias sanitarias, lleva quince años al volante de una ambulancia. "Al principio llamaba muchísimo la atención. Es más, si mi compañero era un chico, se dirigían a él, dando por hecho que él era el conductor y yo la sanitaria. Es la educación que las personas tienen o que todavía se está inculcando", relata. Hoy en día trabaja mano a mano con una enfermera. "Nos llaman la ambulancia de las chicas. Todavía se extrañan, pero yo creo que para bien. Las mujeres mayores, sobre todo, nos miran con cariño y satisfacción porque hacemos el mismo trabajo que nuestros compañeros". Con un extra añadido. "Nuestro trato con quienes están sufriendo es más cercano, conectamos más. Por el resto, somos igual que ellos: el mismo valor, la misma fuerza y la misma energía y tenemos el plus de la sensibilidad", destaca.

Su día a día son los accidentes de tráfico, los incendios..., pero también ha trabajado "en la operación Paso del Estrecho, la bajada del río Sella o el Sonorama". Su última intervención "fue el traslado al hospital de una mujer con alzheimer que se había perdido en Markina" y las que "más le marcan son aquellas en las que hay niños de por medio" o personas vulnerables, como "una señora con una gran enfermedad que estaba desatendida por su hijo" o "una mujer que había sufrido malos tratos" y, tras pasar por urgencias, "se encontraba en el jardín del hospital sin saber qué hacer porque a casa no podía volver, pese a haber dejado a dos niños, uno lactante. Podemos hacer mucho, pero a la vez tenemos las manos atadas", reconoce esta bilbaina, que se despide con un mensaje positivo y sin género. "Con trabajo y esfuerzo podemos conseguir ser lo que queramos, independientemente de que seamos hombres o mujeres. Luchando por nuestras metas, todo es posible".

Nerea Medrano, 29 años

"¿No os da vergüenza que lleve la camilla ella?"

Dice Nerea Medrano que en los equipos de rescate de montaña "no se ven muchas mujeres". Ella lleva tres años en el de Durango e intuye la causa. "Igual las chicas creen que hace falta ser un portento físico para participar en los rescates y no es necesario", aclara para ver si se calzan las botas y se echan al monte. "Tenemos que ir haciéndonos hueco poco a poco y ser más visibles en este tipo de actividades", defiende e insta a los hombres a reflexionar. "Parece que nosotras tenemos que estar demostrando constantemente que también podemos porque se entiende que ellos de fuerza van más sobrados", lamenta y recuerda una anécdota que lo corrobora. "En un simulacro de montaña nos íbamos turnando para llevar una mochila con una camilla que pesa 17 kilos. Casualidad que cuando me tocó llevarla a mí nos cruzamos con un grupo de jubilados y uno les echó la bronca a los chicos: ¿No os da vergüenza que esté llevando la camilla ella?".

Nerea, que también es técnico de emergencias en ambulancias, ha participado en búsquedas de montañeros y, últimamente, de personas mayores con alzheimer. "Tuvimos un caso en Amorebieta y otro en Markina y ambos fueron encontrados. El hombre mayor que estuvimos buscando en junio por Artxanda, en cambio, sigue a día de hoy desaparecido", recuerda esta vecina de Amorebieta, localidad donde tienen aparcados los todoterrenos. Aunque para todoterrenos ellas. "De la que nos avisan, salimos en diez minutos".

Mari Luz Palacio, 53 años

"Hay doce asambleas y solo dos presidentas"

Hasta que le propusieron ser vicepresidenta de Relaciones Institucionales, el pasado septiembre, "no había habido nunca ninguna mujer" en el Comité de Cruz Roja Bizkaia. "Era y sigue siendo un feudo de hombres. A nivel provincial tenemos doce asambleas y solo hay dos mujeres presidentas", comenta y añade que ahora se han propuesto como "reto empoderarnos porque trabajo de mujer hay mucho, pero por detrás y a la sombra". De hecho, de los 2.982 voluntarios activos que hay en el territorio, el 56% son mujeres. Convencida de que "nosotras solemos ponernos más en los zapatos del otro y negociar más, mientras que ellos suelen imponer más sus ideas", esta secretaria de dirección pide a los hombres remar todos a una. "Os necesitamos. No queremos ser iguales que vosotros, pero sí tener los mismos derechos".

Gracias a las gestiones que realiza Mari Luz con los ayuntamientos, la ayuda llega a los más vulnerables. "Cuando alguien consigue trabajo o familias en situación precaria logran alimentos es muy gratificante", reconoce y recuerda que el caso que más le impactó fue el de una chica india que se quemó al prendérsele el vestido de novia. "Había sido acogida por una mujer de Valencia y, por medio de Cruz Roja, la trajimos a Cruces". Un ejemplo del poder que tiene "una red de mujeres".

Nora Rubí, 30 años

"Nuestra labor tiene poca repercusión"

Psicóloga experta en emergencias y catástrofes, Nora Rubí intervino tras el derrumbamiento de Zaldibar. "Nuestra función consiste en arropar a las familias, facilitar el inicio del duelo, ayudarles a comprender sus emociones y darles unas pautas de cara a los próximos meses. Es una labor importante, que a nivel social todavía tiene poca repercusión", lamenta esta bilbaina. Y eso que su actuación puede prevenir que los afectados "desarrollen a futuro un estrés postraumático o una depresión".

Nora ha asistido al "caso de una niña que estaban buscando y todavía no sabían si iba a aparecer con vida, al de un chico que se electrocutó en un accidente laboral, a suicidios...". El que más le conmovió fue precisamente el de una persona menor que intentó quitarse la vida precipitándose desde un piso muy alto. "Pensaba que habría fallecido y no. Quedó muy afectada físicamente. Tuvimos una intervención muy larga con los padres durante la noche. Además, lo había dejado todo muy preparado y la familia no se lo esperaba para nada", explica.

Al contrario que sus compañeras, en su negociado la mayoría son mujeres . "Hay pocos chicos, pero los que hay son perfectamente empáticos", asegura y emplaza a "quitar ese estigma de que por pedir ayuda psicológica estamos locos. No somos supermujeres ni superhombres, en muchos momentos de la vida podemos necesitar apoyo psicológico y no es ningún drama".

"Somos igual que ellos: el mismo valor, la misma fuerza y energía y tenemos el plus de la sensibilidad"

Laura Castaño

Conductora de ambulancias y sanitaria

"Igual las chicas creen que hace falta ser un portento físico para participar en los rescates y no es necesario"

Nerea Medrano

Rescatadora de montaña

"No somos supermujeres ni superhombres; podemos necesitar apoyo psicológico y no es un drama"

Nora Rubí

Psicóloga en emergencias y catástrofes

"Nuestro reto es empoderarnos porque trabajo de mujer hay mucho, pero por detrás y a la sombra"

Mari Luz Palacio

Relaciones Institucionales

"Oí decir a una persona que qué vergüenza que una mujer pudiera estar con una moto de agua"

Ainhoa Munitiz

Rescatadora socorrista