BILBAO. El túnel bajo la ría, que conformará una gran variante al intenso tráfico del anillo metropolitano, tendrá algo más de tres kilómetros de longitud y discurrirá bajo Arcelor y Lamiako, enlazando las rotondas de Ballonti, en Sestao, y la de Artaza, en Leioa. El subfluvial, que tendrá dos carriles por sentido, ofrecerá una alternativa de tres minutos a 51.000 vehículos al día, frente a los diez que se invierten actualmente entre ambos puntos a través del puente de Rontegi. "Estamos ante una de las obras más importantes que ha llevado a cabo la Diputación en toda su historia", ha destacado el diputado general, Unai Rementeria, tanto por la complejidad del proyecto, que estará en servicio en 2028, como por la revolución que supondrá para el tráfico en triángulo que conforman La Avanzada, el puente de Rontegi y la recta de Max Center.

La Diputación dispone ya de las conclusiones del estudio informativo del túnel, que ha permitido seleccionar su trazado definitivo. De las tres alternativas que se barajaban, y en base a criterios técnicos, se ha elegido la más larga pero también la que ofrece mejores garantías para su construcción: tiene menos longitud bajo la lámina del agua, también bajo edificios, atraviesa materiales como rocas que facilitan la excavación y permite utilizar cualquier método constructivo. Será precisamente este último aspecto el que determinará el coste final de la infraestructura, que oscilará entre los 337 y los 403 millones de euros.

El túnel podrá ser utilizado también, según destacó Rementeria, por otras formas de transporte, no solo por vehículos, que todavía no están definidas. "Vamos a sacarle el máximo potencial, pensando en el presente pero también en el futuro", avanzó el diputado general. El subfluvial, que se construirá a una profundidad que alcanzará los 40 metros bajo tierra, sacará 14.000 vehículos de La Avanzada, 35.000 de Rontegi y 18.000 de la recta del Max Center, ofreciendo además una alternativa de paso entre ambas márgenes en caso de accidente en el puente.

La infraestructura discurrirá entre la rotonda de Ballonti, en Sestao, y la de Artaza, en Leioa. Uno de los aspectos en los que también se pondrá especial atención será precisamente a estos enlaces, garantizando que no se colapsen con los vehículos que utilicen el subfluvial. Para ello se establecerá enlaces directos, sacando de ambas rotondas algunos flujos. En el caso de Ezkerraldea, la solución pasa por construir nuevos viaductos para los vehículos que salgan del túnel hacia Sestao y Portugalete, o que circulen entre estos dos municipios por el corredor del Ballonti. En el caso de Artaza, el diseño de esos enlaces es más complicado, ya que se trata de una zona más urbanizada, por lo que se optará por túneles directos para los vehículos que salgan del subfluvial hacia La Avanzada, Uribe Kosta y Zugazarte.

Con las conclusiones de este estudio informativo, la Diputación sigue dando pasos en la construcción de esta variante. Hoy mismo se ha sacado a licitación la redacción del proyecto constructivo, que afinará al detalle todos los aspectos de la construcción, como el método que se utilizará para ello, un estudio más exhaustivo del subsuelo que atravesará y el diseño definitivo de los enlaces. "Será el manual de instrucciones para construir y poner el túnel en servicio", lo definió el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales. Se encargará en unos cuatro meses y no se tendrán sus resultados, debido a la complejidad de los trabajos, hasta dentro de casi tres años. Se contará también con un panel de expertos en la construcción de infraestructuras similares, tanto locales como internacionales. Con todo, las obras comenzarán en 2023.